Ya son 30 años de El Silencio de los Inocentes y hace unos meses, mientras perdía el tiempo viendo el catálogo de merchandising de cine en Amazon, me di cuenta de que todos los productos existentes sobre la película giraban alrededor de la figura de Hannibal Lecter.
En lo personal esto fue decepcionante puesto que ya había imaginado en mi librero el Funko de mi personaje favorito, de la que ha sido por mucho tiempo mi película favorita, Clarice Starling.
Si bien es cierto que una de las razones por las que esta cinta ha permanecido en el imaginario colectivo a lo largo de las últimas tres décadas es la figura del psiquiatra asesino interpretado por Anthony Hopkins, también es verdad que el personaje de Jodie Foster parece haber sido relegado de la conversación.
Lo anterior resulta irónico considerando que justo la minimización es uno de los varios obstáculos que Clarice Starling enfrenta en esta historia.
Mujer en un mundo de hombres
Dirigida por Jonathan Demme y basada en la obra homónima de Thomas Harris, El Silencio de los Inocentes sigue a Clarice (Jodie Foster), una cadete del FBI que ha sido elegida para ayudar en la captura del asesino en serie conocido como Buffalo Bill (Ted Levine).
Para cumplir con esta tarea, Clarice deberá aceptar la asesoría de otro peligroso criminal, Hannibal Lecter (Anthony Hopkins).
Clarice es una mujer en un mundo dominado por hombres y Demme se encarga de mostrarnos esto en diferentes momentos de la película. Uno de los ejemplos más claros cuando el equipo del FBI llega hasta la funeraria en la que se encuentra una de las víctimas. Clarice se ve rodeada de policías locales quienes la miran extrañados de su presencia en el lugar.
La habilidad de Clarice se pone continuamente en duda, principalmente por sus compañeros quienes solo ven en ella a un potencial ligue.
La simpatía del demonio
Pero no son los únicos. Lecter, consciente del potencial de la joven, usa el pasado que la atormenta como mero entretenimiento y satisfacción personal. Esta dinámica llega a tal grado que él comienza a sentir simpatía por ella, mientras que Clarice no puede sentir más que repulsión.
Pese a todo, ella hace uso de sus aptitudes e ingenio para resolver el misterio, además de demostrarse a sí misma que cuenta con la fortaleza para superar la situación de peligro en la que se encuentra.
Desde hace algunos años, la conversación sobre la representación femenina en las películas adquiere mayor relevancia. Poco a poco se ha reconocido la necesidad de lograr un retrato que muestre a las mujeres no como seres homogéneos sino como entes con distintos caracteres y emociones, en particular en el cine de acción, género que históricamente ha sido protagonizado por hombres.
Si bien es cierto que ha habido avances, pensar que sólo por incluir mujeres con súper poderes o con una actitud ruda (algo que no está mal en sí mismo) ya se ha alcanzado la meta, resulta una visión muy limitada.
Clarice en la cultura pop
A principios de 2021 la cadena CBS estrenó Clarice, serie que nos contaría que fue de la novata agente del FBI un año después del caso Buffalo Bill. Esta parecía una buena oportunidad para conocer mejor a Clarice y, ahora sí, dar el reconocimiento que merece el personaje. Al final, la serie se canceló debido al bajo rating y las duras críticas.
Pese a esta mala experiencia, Clarice Starling sigue siendo uno de los mejores ejemplos de un personaje bien construido, uno que usa su inteligencia y capacidades pero que al mismo tiempo tiene dudas y debilidades; las cuales logra usar a su favor y así crecer en diferentes niveles.
Lo anterior no busca reducir la importancia adquirida por el personaje de Hannibal Lecter luego de 30 años de El Silencio de los Inocentes (hacer eso sería menospreciar el enorme trabajo de Anthony Hopkins), pero sí me parece importante que Clarice también ocupe el lugar que se merece dentro de la cultura pop.