RuPaul es el Michael Jordan de la cultura drag. Aunque en los últimos años su popularidad ha crecido de manera tal que ha roto las barreras impuestas por la sociedad al drag, RuPaul viene cosechando éxitos y aplastando prejuicios desde la década de 1980, cuando su nombre empezó a obtener notoriedad en Estados Unidos. Ahora llega a Netflix con la serie AJ and the Queen, en la cual espera replicar la aceptación ganada con RuPaul´s Drag Race.
Muy bueno para ser verdad
RuPaul y Netflix estrenaron AJ and the Queen, una comedia con toques dramáticos sobre Robert Lee, conocido sobre el escenario como Ruby Red, un exitoso drag quien, luego de trabajar toda una vida para un club nocturno, ha logrado ahorrar el dinero suficiente para abrir su propio club drag en Queens.
Sin embargo, en el transcurso de unas horas, la vida de Robert se desequilibra para dar pie a las situaciones que a lo largo de 10 capítulos pretenden entretener a la audiencia. Robert pierde todo su dinero a manos de su propia pareja, Damien (Josh Segarra), un timador quien durante todo el tiempo engañó al personaje interpretado por RuPaul, quien además de quedarse sin el dinero, tiene que cargar con un corazón roto.
Con el poco dinero en efectivo que le queda a Robert luego de que su cuenta bancaria fuera vaciada por Damien, éste decide salir de tour por algunos clubes nocturnos de Estados Unidos y así ponerse de nuevo en pie. Ahí es donde aparece AJ, la coprotagonista de la historia, una niña de 10 años que le roba el dinero en efectivo a Robert para acentuar su miseria.
En el terreno de la buddy comedy
A partir del encuentro entre Robert y AJ, la serie sienta las bases para presentarse como una buddy comedy. El asaltante y la víctima se ven obligados a hacer equipo. Robert necesita hacer dinero con su tour y AJ desea encontrarse con su abuelo en Texas dado que su madre, agobiada entre las drogas, las deudas y la prostitución, la ha descuidado.
Mientras Robert y su alter ego Ruby Red irradian simpatía y se bañan en glamour, AJ es dura, reservada, desconfiada y rebelde. La brecha de edad y las diferentes personalidades de ambos están ahí como catalizador de una comedia que, aunque cuenta con algunas subtramas, se dedica a recorrer el país en una RV y a observar cómo madura la relación entre los protagonistas y cómo, a pesar de las diferencias, aprenderán uno del otro sobre identidad, aceptación y amor propio.
RuPaul casi lo logra
El problema con la serie es uno solo: tener todos los elementos para hacer algo memorable y terminar con un producto intrascendente. AJ and the Queen cuenta con personajes delineados para entregar un buen drama y con las situaciones idóneas para ser una comedia hilarante y, en ambos casos, se queda a medio camino.
Parece que AJ and the Queen tuvo problemas para encontrar, o bien sostener, el tono durante toda la temporada. Sin embargo, el mayor problema pudo haber sido en realidad la elección del formato. Con Green Book como el antecedente más cercano de una exitosa buddy comedy/road trip, la serie de RuPaul pudo haber sido una mejor película al extraer de sí el relleno que tiene la historia al llevarse a una serie de 10 capítulos de 50 minutos cada uno.
En AJ and the Queen resulta molesto darse cuenta que todos los elementos narrativos para entregar un producto de calidad están puestos en la serie, pero son desaprovechados y llevan a pensar sobre qué pudo haber resultado de esa historia pero tratada por otras manos.
Otro formato para ver a RuPaul
AJ and the Queen ya está disponible en Netflix. Quienes conocen a RuPaul por su reality show RuPaul´s Drag Race encontrarán en esta serie una faceta del artista quizás desconocida por ellos a la cual vale la pena llegar con ciertas reservas y con la misión de adaptarse a verlo en un formato distinto. Si con un par de capítulos vistos la serie no les resulta interesante o entretenida, es improbable que vean algo que les haga cambiar de parecer en los capítulos restantes.