Así como lo escucharon, nuestro queridísimo, amigo de todos los emos y alternos, Tim Burton, está de regreso, y no con cualquier proyecto. Regresa con una de las películas que lo estableció como creador de lo espuki, la segunda parte de Beetlejuice, llamada convenientemente Beetlejuice Beetlejuice, 36 años después de la primera entrega.
Y si, técnicamente es una segunda parte, algo de lo que el publico ya está cansado por culpa de los superhéroes y las películas de Disney. Pero en este caso funciona, y funciona muy bien.
Beetlejuice Beetlejuice, 30 Years in the making
Primero que nada, la idea de tener una segunda parte de Beetlejuice no es algo nuevo. Esta película literalmente tiene 30 years in the making. Desde que salió la primera en 1988, y que fue un completo éxito en taquilla y le dio el estatus de super estrellas a todos sus involucrados, ya se hablaba de una segunda parte. Pero luego llegó Batman y Edward Scissorhands (ojo, no es queja) y la vida siguió y nomás no se pudo hacer.
Desde ese entonces Tim Burton ha pasado por infinidad de proyectos, unos mejores que otros, pero la realidad es que ya tenía fácil unos 10 años donde, al menos para mi, que sus proyectos se sentían forzados, casi de encargo, y con un Burton moderado, sin poder explotar por completo sus ideas.
Pero todo eso ha quedado en el pasado. Burton regresa, para Beetlejuice 2 (así le vamos a decir), con todo el elenco original, con todos los chistes fuera de lugar, y claro, con imágenes muy a su estilo que me hacen cuestionar cómo esta película pasó la prueba del PG-13 (si ya se, ya soy una señora).
La historia es lo de menos
Han pasado 36 años desde los hechos ocurridos en la cinta original. Lydia Deetz (Winona Ryder) ahora se dedica a conducir un programa de TV donde habla de sus experiencias paranormales. Tiene una hija adolescente, Astrid (Jenna Ortega) quien no le cree para nada que realmente pueda ver fantasmas. Lydia es novia de Rory (Justin Theroux) quien es su productor del programa.
En plena grabación del programa, Lydia recibe un mensaje de Delia Deetz (Catherine O´Hara), su madrastra, quien le comenta que su padre ha muerto. Para el funeral, deciden volver a la casa de Winter River, donde ocurrieron todos los sucesos de la primera entrega, y bueno de ahí aparece Beetlejuice y compañía. Igual que en la primera entrega, la trama es lo de menos. Lo que se lleva la película son las actuaciones de todos los personajes y presenciar el imaginario del director.
Un reparto espectacular
La gran dinámica entre los personajes sigue ahí, intacta. Michael Keaton como Beetlejuice continúa siendo magnífico, irreverente, chistoso, medio acosador también, pero la pantalla se la lleva definitivamente Winona, quien acepta que es mejor pasar tiempo con su hija que con los fantasmas.
También aparece Monica Bellucci como la exesposa maligna de Beetlejuice. Si bien su personaje no tiene un arco necesario para la historia, su belleza y presencia son excepcionales. La introducción de su personaje es un homenaje total a Sally, la muñeca de trapo del Extraño Mundo de Jack, eterno amor del personaje (y de Tim Burton). También tiene una aparición Willem Dafoe, como un policía del mas allá, que hace burla-homenaje a los actores de método “keep it real”.
Apelan definitivamente a la nostalgia y para los fanáticos de la primera podrán notar muchísimos momentos que homenajean a la misma. Regresa toda la estética de la primera, el diseño de producción, los colores, los outfits y por supuesto los momentos musicales. El del final en particular es buenísimo.
Adiós CGI, bienvenido de regreso, Burton
También algo a resaltar son la cantidad de efectos prácticos que hay en la película, algo que había faltado en estos últimos años en las películas del director, y que es una de las características del imaginario construido por Burton. Dumbo y Alicia a través del espejo (por nombrar unos ejemplos) eran full digital, y definitivamente influyó en la calidad de dichas entregas. Con lo práctico en Beetlejuice 2, se siente que es el Burton de adeveras.
Bien dicen que si algo no está descompuesto no hay necesidad de arreglarlo y creo que para Beetlejuice 2 está genial que Tim Burton se recuerde a si mismo quien es y nos de un producto fiel a lo que nos encanta del artista. Beetlejuice 2 es el fiel ejemplo de que pueden haber buenas segundas partes.
P.D.: A ver si no se me aparece Beetejuice de tanto repetirlo…