Cobra Kai llegó esta semana a Netflix y de inmediato se apoderó del primer lugar en lo más visto de la semana, un sitio que probablemente no abandonará pronto. ¿Pero de dónde viene esta serie?, ¿cómo surgió la idea? Aquí te lo cuento.
PRIMERO FUE EL KARATE KID
Pocas películas tienen la magia atemporal de “Karate Kid (1984)”. El hijo adolescente de la madre soltera y trabajadora, muchacho pobre enamorado de la joven rica -perfecta e inalcanzable- acosado por los bullys de la escuela, encuentra una salida en el karate. Pocos personajes son tan potentes como el señor Miyagi y pocas escenas son tan emblemáticas para el cine de los ochenta como la patada de la victoria. Es la historia perfecta, pero…
ESTO SERÁ LEGEN… ESPÉRALO…
Uno de los personajes más controvertidos (y entrañables) de How I meet your mother, Barney Stinson, (que hoy brincos diera de pasar el ofendímetro de la generación de cristal) estaba convencido de que “Karate Kid” es la triste historia de un niño que ha entrenado karate por años, tiene a su novia, a su amigos y es feliz, cuando llega otro chico que, le quita la novia, lo moja en una fiesta, se hace defender por un adulto y le quita el campeonato de karate con una patada ilegal.
En varios (de los mejores) capítulos de HIMYM aparecen Ralph Macchio y William Zabka jugando alrededor de esa premisa. No sabíamos que, en esos encuentros, germinaría la idea de una serie legen… espéralo… Legendaria.
PEGA PRIMERO
Cobra Kai fue la apuesta fuerte con la que YouTube trató de relanzar en 2018 su plataforma de paga. La premisa de ver el reencuentro de Daniel Larusso y Johnny Lawrence no dejaba de ser atractiva, pero ante la oleada de buenas críticas recibidas a esa primera temporada, muchos no dudamos en pagar los cien pesos del primer mes de YouTube Red.
A la mayoría nos gustó, pero también la mayoría terminamos de ver la temporada en un fin de semana y no encontramos una razón suficiente para pagar la segunda mensualidad al gigante de los videos gratuitos. La idea parece simple, a Larusso la fortuna le ha sonreído. Es un padre de familia, esposo y empresario exitoso. Todo en su vida es balance. Johnny, en cambio, está en la lona. Desempleado, divorciado y con un hijo convertido en delincuente juvenil. La vida lo ha tratado sin piedad.
PEGA FUERTE
Varias franquicias exitosas han tratado de explotar la nostalgia con éxito desigual tanto en crítica como en consumo. No todo lo que se añora recupera la magia cuando lo revisitas. Cobra Kai, sin embargo, lo consiguió sobradamente en la primera temporada. El equilibrio entre apelar a nuestros recuerdos y presentarnos nuevos personajes interesantes y bien construidos tanto en el elenco juvenil como en el de los adultos, cambiando y complejizando las fronteras entre “los buenos” y “los malos” que en la película ochentera estaban tan bien dibujadas y dejándonos ver que cada uno de los personajes tienen sus claroscuros, nos lleva a una serie que, recuperando la magia de la película original, nos permite por la gracia de contarse en episodios, ver un poco más allá de la epidermis.
La primera temporada nos dejó a muchos deseando más y contentos con el buen resultado de una serie que incluso supera a las secuelas canónicas (Karate Kid II (1986), Karate Kid III (1989) y The Next Karate Kid (1994)) y al terrible remake de 2010.
SIN PIEDAD
La segunda temporada estrenada también en YouTube, introduciendo a nuevos personajes y manteniendo un buen ritmo, perdió un poco de lo que hizo maravillosa a la primera temporada. Aunque conserva la buena química entre los personajes y mantiene la rivalidad de Daniel y Johnny a base de ingeniosos enredos, rompe con un par de sus ingredientes esenciales. Si bien el lado “bueno” en la temporada uno podría haber estado representado por la memoria del señor Miyagi (los muertos siempre son buenos), el mal absoluto no existía.
Parte de la eficacia de la serie descansaba en eso. En la segunda temporada ese malo está tan presente y es tan caricaturesco, que quizá desearon ponerle como música de fondo la marcha imperial con los acordes de John Williams. El otro detalle fue que, en la primera temporada, el karate fue un recurso bien equilibrado que se quedaba dentro del dogo, con excepción de algunas escenas en las que estaba plenamente justificado; en la segunda temporada llega un momento en que no sabes cuándo se convirtió todo en una parodia a Tarantino. Quizá esto llevó de una primera entrega con un 100 por ciento de críticas positivas en Rotten Tomatoes, a una segunda entrega con un 88 por ciento de aceptación.
COBRA KAI NUNCA MUERE
Si perdonas estos dislates, la serie te deja encaminado a un buen tercer acto, tienes a los personajes en posición para un cierre espectacular y la promesa, en un mensaje de Facebook, de una nueva e interesante aparición, sin embargo, YouTube había dejado claro, que no tenía intención de ofrecer nuevos capítulos de la serie más allá de la tercera temporada.
El 21 de julio pasado, sin embargo, el tío Netflix nos alegró el día con la noticia de haber comprado los derechos de Cobra Kai y, además de presentar las dos primeras temporadas, estar listo para el próximo lanzamiento de la tercera. Desde luego, Netflix ofrece además de una mayor distribución a nivel global, la posibilidad de seguir produciendo y mantener la franquicia. Este fin de semana se estrenaron en Netflix las dos primeras temporadas y ya son lo más visto de la plataforma. Si no lo has hecho ¿Qué esperas? Usa la cabeza para algo más que recibir golpes.