“El problema con las frases para sobrellevar la muerte, es que el 99.9% vienen de gente que todavía está viva.”
(Joshua Burns).
A lo largo de mi vida, ha sido interesante encontrar que uno de los lugares donde más encuentro bromas y risas, es en los funerales. Muchos se sienten culpables ante esta actitud, otros lo niegan y prefieren olvidarlo, también hay quienes de forma abierta o un poco cínica lo admiten. ¿Por qué actuamos así? La risa es un reflejo de la ansiedad frente a la muerte.
Practicando la muerte
Dick Johnson is Dead es un documental que narra la inminente vida (o muerte) del padre de la directora, Kirsten Johnson. Este carismático y bromista psiquiatra retirado, se desplaza a casa de su hija para ser cuidado por ella, mientras inevitablemente cae en una espiral de pérdida de lucidez y memoria. Motivada a retener sus últimos momentos, la directora documenta diferentes versiones de la posible muerte de su padre. Las recreaciones incluyen desde sangre falsa hasta stunts de acción que simulan diferentes escenarios catastróficos.
¿Por qué alguien quisiera “practicar” la muerte de su padre? Un problema respecto a morir, es que a pesar de que es lo único seguro que existe en nuestras vidas, no estamos seguros de cuándo y cómo llegara. Podemos suponer que será provocado por tres rebanadas de pastel de chocolate o un aire acondicionado caído del cielo, pero a menos que seamos un suicida, nada nos garantiza la forma y hora en que llegará.
Kirsten no quiere que esta vez vuelva a tomarla desprevenida, como antes sucedió con su madre. Su padre parece más divertido con la situación que ansioso por la incertidumbre, pero en el fondo, la risa también es un método para catalizar sus propios temores. No es de extrañar que, siendo un profesional en salud en mental, haya encontrado aceptación en los últimos años de su vida. Por otro lado, podemos encontrar a muchos ancianos que son muy distintos a Dick, gente de la tercera edad que se hunde en la frustración, resentimiento y enojo cuando no vislumbran esperanza en sus últimos días.
Humor Negro
Por irónico que parezca, cuando la muerte se encuentra cerca, la resignación es la solución más pacífica. Una tanatóloga y colega mía que ha dedicado su profesión a trabajar con pacientes terminales de cáncer, alguna vez me relató que los niños son los más tranquilos al momento de saber qué van a morir. Describía que suelen irse con mucha paz, al contrario de un adulto, que tiende a estar repleto de arrepentimientos y temores. En este caso, Dick Johnson juega a ser un niño, se comporta como si fuera uno y hasta es atendido por una cuidadora. El humor negro es la manera en la que él afronta haber perdido no sólo su memoria sino también su independencia, y a la par, la forma en la que su propia enfermera se sobrepone a cada paciente que va perdiendo en el camino.
En un stand up sólo te ríes de aquello con lo que te identificas. El chiste no necesariamente tiene que hablar de tu presente, también puede tratarse de una experiencia de tu pasado o un temor al futuro. En el caso de la muerte, ésta le sucede a ricos, pobres, famosos, exitosos, mujeres, hombres, niños o ancianos. Nadie está exento de ella. De hecho, algo que la mayoría no quiere asumir ni pensar es qué desde el día que nacemos ya inició nuestra muerte. Cada segundo que pasa estamos perdiendo más y más vida. Por lo tanto, cualquiera puede verse reflejado en la historia de Dick Johnson is Dead, pero paradójicamente pocos lo harán. Es más cómodo mantener la muerte escondida bajo nuestra sombra.
Ritual de despedida
Personalmente, me parece que este documental es más importante para Kirsten que para Dick. “¿Por quién doblan las campanas? ¿Por quién se fue o por quién se quedó?”. A pesar de lo artificial que nos puede parecer un producto de Netflix, no deja de tener un significado espiritual y trascendental. Necesitamos los rituales para despedir a nuestros muertos porque sin ellos es difícil que podamos dar un cierre apropiado a nuestra pérdida. Dejar inconclusa una relación, puede dar pie a un duelo patológico.
Dick Johnson is Dead es una carta de despedida que va dirigida a Dick, pero también a Kristen. La muerte, sea propia o ajena, se tiene que narrar para ser entendida y después asumida. Asimismo, no me resultó del todo extraño averiguar que la directora hace mucho tiempo realizó un documental a Jacques Derrida, uno de los filósofos más importantes de semiótica y deconstrucción de significados. Curiosamente, lo realizó en el declive de su vida, dos años antes de su muerte.
“¿Y me van a pagar por morir en este documental?” pregunta Dick Johnson a su hija. El humor negro que vemos durante toda la película, es una forma de lidiar con el dolor. No todos serán adeptos a este método, hay quien prefiere hacerlo a través de un sepelio, una misa o tirando las cenizas de su ser querido al mar. En su caso, Kirsten lo hace con sentido del humor, y qué mejor tributo que despedirse de su padre a través de lo que más le gustaba de él.