The Shinning sin duda es una de las películas más recordadas por todos los amantes del cine de terror, y de Stanley Kubrick. Es quizás una de sus películas más comerciales, la cual en su momento fue muy criticada incluso por el mismísimo Stephen King, quien la odia fervientemente, ya que el filme separa mucho de lo que el autor reflejaba en el libro. Hace varios años King decidió dar un cierre a la historia, publicando Doctor Sleep.
Ahora, en 2019, donde las secuelas invaden las pantallas, los productores de cine decidieron hacer nada más y nada menos que la secuela de The Shinning. La fiebre por las secuelas no respeta a nadie, aunque no es la primera vez que le pasa al cine de Stanley Kubric: recuerden 2010: The Year We Make Contact (Hyams, 1984), la secuela a la inmejorable 2001: A Space Odyssey.
Doctor Sleep, de Mike Flanagan cuenta el destino de Danny Torrance, el hijo de Jack, quien hace algunos años vivió sucesos muy extraños en el Overlook Hotel. Es interesante ver cómo en esta película retomamos justo meses después de los acontecimientos en el Overlook y podemos ver a Danny sufriendo pesadillas referentes a todos los seres horribles que vio en el hotel.
La historia brinca 30 años, ahora Danny es un adulto (Ewan McGregor), quien se ha vuelto alcohólico debido a los traumas infantiles. Sigue viendo seres terroríficos, pero ahora ha encontrado una forma de desaparecerlos. Sus poderes de telepatía -el “shinning”- se han desarrollado más, y se da cuenta que otras personas también cuentan con este don. Después de este largo setup, el guión escrito por el propio director, Mike Flanagan- se desvía hacia una pandilla de “vampiros” que viven de ingerir el miedo de las personas (sic).
Un reto complicado
Evidentemente es difícil (por decir lo menos) filmar una secuela a The Shining. Intentarlo es ponerte frente a la roca y la pared: por un lado tienes la obra inmejorable del grandísimo Stanley Kubrick, y por el otro lado a Stephen King (y sus fans) quienes quieren ver un filme apegado 100% al texto original.
Y, si este era el propósito principal de la película, si que lo logra. Doctor Sleep es un filme extremadamente Stephen King-esco, con personajes que a pesar de ser adultos siguen teniendo personalidad infantil, y con escenas tan masticadas que no dejan ni un espacio a la especulación.
La película es muy larga y muy lenta, y los momentos de mayor intensidad están tan separados uno del otro, por lo que el interés se puede ir perdiendo. Lo único destacable, por la emoción que provoca, fueron las escenas donde se recrean recuerdos de The Shinning.
Doctor Sleep en definitiva tiene un tono muchísimo más digerible donde no se encuentran matices en cuanto a la narrativa, la dirección o la creación de atmósferas, cosas que evidentemente si podemos ver en el trabajo de Kubrick.
Se trata de un fan service puro y duro para los admiradores de Stephen King. Los que amamos The Shining, no tendríamos que perder aquí nuestro tiempo.