Flow: entrevista con el director Gints Zilbalodis

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Cuando te hablan de una película animada con animalitos como protagonistas de inmediato piensas en Disney y su larga historia de criaturas animadas (a mano o por computadora) que hablan con voz de algún actor famoso de Hollywood y que a pesar de ser animales, hacen chistes y se comportan como humanos.

Desafiando todas las convenciones, el director Gints Zilbalodis da un golpe en la mesa con Flow (Letonia, Bélgica Francia, 2024), su más reciente cinta animada donde el protagonista es un gato negro callejero que debe aprender a sobrevivir con un inusual grupo de compañeros: un perrito, un lémur y un capibara. Flow es una cinta de aventuras con todas las de la ley: hay suspenso, peligro, acción y al final mucha empatía por estos animalitos.

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El anti Disney

Pero contrario a lo que podrían esperar, Flow es el anti disney perfecto: la animación (a pesar de ser en CGI) no busca el hiperrealismo, la cámara es muy dinámica y -lo mejor-los animales no “hablan”, solo emiten los sonidos que todo perro o gato harían en la vida real.

Flow ha conquistado a la crítica mundial con 26 premios ganados y nominaciones a los Annie, los Golden Globes, los Goya y el Oscar, donde se espera compita en la categoría de Mejor Película Animada y Mejor Película Extranjera.

Y es que, para hacer aún más curiosa esta historia, resulta que el director, Gints Zilbalodis es oriundo de Letonia, país soberano de la Europa Septentrional, economía 99 del planeta, y donde al parecer si bien no hay mucha producción cinematográfica, si hay muchos entusiastas de la animación.

Tuvimos la oportunidad de platicar con Zilbalodis sobre el proceso de creación de Flow, sobre su técnica de animación y por qué él prefiere el diseño sobre el hiperrealismo en la animación.

 

Antes de empezar, ¿tienes gatos como mascotas? Lo pregunto porque el detalle de la animación del gatito de Flow es absolutamente abrumador. Solo alguien que sepa lo que es tener un gato como mascota sabe tanto de su comportamiento.

Actualmente no tengo pero en mi infancia si tuve dos gatos que por supuesto fueron cierta inspiración para Flow. También tuve perritos. No tuve que investigar demasiado sobre su comportamiento para hacer esta cinta. 

 

¿Cómo empezó el proyecto?

Cuando estaba en high school hice un corto de un gato que tenía miedo al agua. Técnicamente no es el mejor corto que he hecho, eran simples dibujos a mano, pero emocionalmente era muy fuerte. Luego vino la oportunidad de hacer mi primer largometraje, Away (2019), y después vino la oportunidad de hacer algo a mayor escala y con un equipo muy grande, fue entonces que vino la idea de contar la historia de este gatito que debe aprender a trabajar en equipo.

Lo curioso es que justo ese proceso es el que yo estaba viviendo con Flow. Al igual que al gato, que al inicio lo vemos solo e independiente, yo también hacía todo solo y de manera independiente. Así fue con mi primer largometraje. Pero ahora con Flow tuve que aprender a trabajar en equipo, al igual que el gatito en la película tiene que aprender.

Y hacer esta película sin diálogos y dejar que se manejene como animales. Usar otros elementos del cine para contar la historia como la música, el sonido, la cámara, la edición. El no tener diálogo nos obligó a buscar otras vías.

 

Uno de los elementos más impresionantes de la película es el movimiento de los animales, ¿cómo conseguiste esto?

El crédito de eso es para todo el equipo de animación, buscaron muchas referencias para ello. Afortunadamente YouTube es una vasta librería de videos de gatitos. Literalmente le pagamos a un equipo para ver videos de gatitos en Youtube. Algunos animadores usaron a sus propias mascotas como referencia, otros fueron al zoológico, pero al final no estábamos haciendo un documental, no queríamos alcanzar un nivel de realismo muy alto, yo más bien diría que tratábamos de llegar al naturalismo: no estamos copiando la vida real, la estamos interpretando. 

 

 

Otro aspecto impresionante son las voces de los animales.

Cuando hay voces de actores famosos en los animales, ellos arrebatan toda la atención y el público cree que ellos están haciendo la historia, pero no, son los animadores quienes crean las motivaciones y el carácter de estos personajes. Los diseñadores de audio también son los héroes en esta cinta ya que en Flow usamos los sonidos reales de los animales en vez de voces humanas. 

Hemos visto ya muchos animales parlanchines en el cine, que se comportan como humanos y hasta dicen chistes. Creo que ver esta historia desde el punto de vista de los animales hace que todo sea más emocional, más intenso y más grande ya que estamos ante el punto de vista del gato.

Pero como director, el no tener diálogos también te obliga a usar otros elementos del cine para contar la historia: la música, el sonido, el encuadre, la edición. El no tener diálogos nos obligó a buscar nuevas vías de expresión.  

 

¿Qué tan complejo fue el proceso de grabar los sonidos de los animales?

Hay una historia interesante sobre este tema. Nuestro diseñador de audio fue al zoológico para grabar los sonidos del capibara pero resultó que son muy tímidos, no hablan. El encargado del zoológico le tuvo que hacer cosquillas al capibara para que hiciera algún sonido y si se logró, pero resulta que la “voz” del capibara es muy aguda, muy molesta. En cambio, el capibara de la película es muy tranquilo, así que tuvimos que usar otros animales para la voz del capibara, en este caso fue un camello bebé.

A veces la ficción se siente más real que la realidad misma.

¿Cómo levantaste el proyecto? Y lo pregunto porque supongo no es fácil convencer a productores a entrar a un proyecto de animación sin diálogos.

Todo el proceso duró cinco años. En los primeros años era solo yo, después llegaron algunos productores, pero lo difícil en efecto fue conseguir fondos. La ventaja es que mis filmes anteriores también han sido sin diálogos, por lo que la gente ya sabe que puedo hacer películas de ese estilo. 

Que no tenga diálogos la película es una ventaja porque abre la película a una audiencia más amplia, esta es una película para niños y para adultos, funciona para todos. 

No es una película cara, se hace con la fracción de lo que te cuesta una película animada de un estudio grande, entonces hay menos riesgo de pérdida y eso me permite tener más libertad creativa. 

 

De este lado del planeta no se sabe mucho sobre el cine en Letonia, ¿cómo es que empezaste a hacer cine y más concretamente, cine de animación?

Letonia es un país muy pequeño de apenas 1.8 millones de personas, no hay una gran industria de cine pero, considerando lo pequeña que es, se estrenan una o dos películas locales al año. Muchas de ellas curiosamente son animadas, aunque con técnicas tradicionales como trazo a mano o stop motion. Otra parte complicada del proyecto fue que lo hicimos con animación por computadora, para esto tuvimos que entrenar gente porque no había muchas personas que supieran cómo hacerlo. Hay mucho talento pero usualmente trabajan solos, esa es otra parte que tuvimos que enseñarles, a trabajar en equipo. 

Creo que hay cierta identidad de Letonia en Flow, pero no deja de ser una película muy universal gracias a que son animales y que no hay diálogos. No hay una barrera del idioma.

 

¿Cómo decidiste el estilo de animación? ¿La historia misma pedía que fuera este estilo que parece a mano alzada?

Un punto que tomamos en cuenta fue el movimiento de la cámara, queríamos que fuera muy inmersiva y con ese estilo handheld con imperfecciones, como documental, se lograba más ese efecto. Nunca fue la idea tener una animación hiperrealista, eso ya se ha visto y no me interesaba ir por esa ruta, quería más imperfecciones, texturas, brochazos, como si fuera hecha a mano. 

Siento que cuando agregas demasiados detalles pierdes algo del encanto, algo de la expresión de los personajes. En cambio si añades más estilo entonces retas al diseño y a la expresión que pueden lograr los personajes. Pasa incluso en la animación tradicional, donde los fondos son pinturas super detalladas y los personajes se ven planos al frente.

Un estilo más gráfico creo que atrae más que hacer render por computadora de todos y cada uno de los pelos de los animales. Se trata de encontrar el balance que te permita sentir las texturas, el agua, las hojas, el pasto, eso lo hace más atractivo para la audiencia.

 

¿Qué planes tienes a futuro? aparte de ganar un Oscar, claro. 

Estoy escribiendo mi próxima película, se trata también de una cinta animada también, pero esta vez sí habrá diálogos, lo cual es un reto muy emocionante para mi. Espero poder hacerlo de la misma manera que Flow: una producción independiente, con coproducción de otros países. Es una historia muy personal y lo que espero es llevar todo lo aprendido con Flow a nuevos niveles.

 

Flow estrena el primero de enero en salas de todo el país.