La colección Criterion cuenta en su catálogo con la película debut de un director que sabe vender boletos sin abandonar sus intereses como autor: Christopher Nolan. Following es la película con la que un entonces modesto director de 28 años se presentó en el mundo del cine llamando rápida y poderosamente la atención de todos. A partir de entonces Nolan forjó una sólida carrera en la industria que lo convirtió en un director tan importante como rentable. Esto trajo consigo seguidores y detractores que aman y desprecian al director con la misma fuerza. Following es el origen de todo ello.
Nolan: El Origen
El mundo del cine no es indiferente a Christopher Nolan. Las posiciones que tanto seguidores como críticos tienen sobre su trabajo se confirman película tras película. En los polos se habla del director británico, por un lado, como un mago del cine y, por el otro, como un engaña bobos. La revisión de su filmografía parece que, lejos de matizar estas posturas, se profundizan. Para ello conviene volver al origen con el filme que sirvió como su debut cinematográfico: Following.
Hay cineastas que se dejan envolver por sus obsesiones sin temor alguno y éstas se convierten en el motor de su creatividad. Este es el caso de Nolan, quien desde su primer filme nos muestra las suyas: el tiempo y la memoria. En Following, como en prácticamente toda su obra, se utilizan estos elementos para, primero, confundir al espectador y, posteriormente, sorprenderlo.
En Following Nolan presenta la historia de un joven escritor desempleado que desarrolla un gusto por elegir a desconocidos de entre la multitud para seguirlos y observarlos. Esta aparentemente inofensiva actividad lo lleva a tomar una serie de problemáticas decisiones cuando Cobb, un hombre al que siguió por más tiempo del debido, lo confronta en un café.
En esta cinta Nolan sorprendió al mundo principalmente por el manejo no lineal del tiempo para narrar la historia de este joven hombre obsesionado con seguir a las personas. En lo que ya se convirtió en un sello del director, el espectador tiene el reto de armar el rompecabezas con las pistas se le proporcinan. Así, Nolan logra en Following el asombro de su público una vez que el truco se revela.
El material extra: desenmarañar Following
La mayoría del material extra con el que cuenta la edición Criterion de Following se orienta a desenmarañar la construcción temporal de la película y a resaltar el trabajo de Nolan en ello. A diferencia de otras cintas de la colección Criterion que se han revisado en este espacio, ésta no cuenta con una abrumadora cantidad de material adicional. Sin embargo, integra lo necesario para mejorar la experiencia de quien se acerque a esta edición de Following.
Hay tres maneras de ver la película: versión original, versión en orden cronológico y versión comentada por Christopher Nolan. La versión en orden cronológico cumple un doble propósito: clarifica la narrativa y exhibe el cuidado puesto por Nolan en la versión original. Por otra parte, la versión comentada por el director aporta información interesante sobre el trabajo de elaboración de la misma y las limitaciones -ahora inexistentes- a las que se enfrentó Nolan en aquel momento.
Aunado a lo anterior, la edición Criterion cuenta con los trailers originales de la película, así como con el cortometraje Doodlebug de 1997, con el que Nolan, que nunca estudió cine, puso un pie en esta industria. A ello hay que agregar una interesante entrevista de 2010 en la que Nolan habla sobre Following. En ésta comparte el reto que significó filmar su primer largometraje, así como su necesidad de hacer pasar ciertas limitantes por decisiones creativas. Por ejemplo, filmar en blanco y negro y con cámara al hombro obedeció a cuestiones presupuestales que disfrazó de propuesta artística.
El ensayo: Nolan Begins
El crítico de cine, y ahora también productor, Scott Foundas fue el responsable del ensayo para la edición Criterion de Following que lleva por título Nolan Begins. En su texto Foundas desenreda algunas de las claves de la cinta y conduce también al lector a los orígenes de un director que encontró la fórmula hacer blockbusters sin abandonar sus inquietudes como autor.
Para Foundas, Nolan es un “cinemago” (cinemagician), un heredero en línea directa de Georges Méliès. El director británico no solo hace magia con la cámara y atrapa al espectador con sus historias, sino que le gusta presentar un truco y esconder sus claves. De esta manera, al igual que en un acto de prestidigitación, Nolan entretiene a su público y lo mantiene alerta, tratando de descifrar el misterio detrás de lo que ve.
Afirma Foundas en su ensayo que Christopher Nolan permitió al público de los blockbusters acercarse a otro cine. Además, le resulta asombroso el ascenso en la popularidad del propio director a partir de un filme complejo y del tipo que solo se aprecia en festivales de cine. Aún con la polarización entre su grey y sus detractores, es difícil no concederle a Nolan que a lo largo de su carrera ha hecho coincidir alrededor de su obra a públicos que normalmente están lejos uno de otro. Las películas de Nolan son ya un evento por sí.
Following no es otra cosa sino el germen de las inquietudes de Nolan. La ruptura de linealidad en el tiempo, la memoria fragmentada y los personajes con una identidad desvanecida están presentes desde su primera película hasta Tenet. La diferencia es que hace 20 años, en Following, se veía obligado a cargarse al hombro la cámara para reducir costos y hoy estrella un avión 747 solo porque puede.
