Mucho se ha hablado sobre Hamilton, el musical más importante de la década creado por Lin-Manuel Miranda y que le abrió las puertas a proyectos más conocidos como Moana, Star Wars, Mary Poppins Returns y His Dark Materials. Disney+ llevó a su plataforma la grabación de esta obra que arrasó en los Tonys y logró que el que había sido la sensación entre fans del teatro alcance a millones de personas y las redes sociales explotaron con comentarios de ésta.
El fenómeno era inesperado y una decisión arriesgada por parte de Disney que optó por darle material nuevo a su plataforma de streaming ya que desde noviembre a la fecha solamente ha tenido un mega éxito (la serie The Mandalorian) y el resto de sus producciones originales como La Dama y el Vagabundo o la temporada final de Clone Wars no logró el impacto esperado.
La pandemia nos trajo teatro
Originalmente esta versión de Hamilton iba a llegar a los cines en 2021 pero ante la pandemia que obliga a la gente a quedarse en caja decidieron adelantar un año su lanzamiento directo a Disney+. Originalmente grabada en 2016 a lo largo de 3 días, la grabación financiada por los productores con un costo de 10 millones de dólares fue adquirida por la casa del ratón en 75 millones: el precio más alto hasta la fecha para una producción de Broadway.
Los resultados: las descargas de la app de Disney+ aumentaron 72.4 por ciento en Estados Unidos y alrededor del 50 por ciento a nivel mundial en el fin de semana de lanzamiento del musical. Se han vuelto virales los videos promocionales del cast en shows como el de Jimmy Fallon, Some Good News con John Krasinski, Wired o SiriusXM pero, ¿vale la pena el hype?
Superando expectativas
Afortunadamente sí. Como lo había comentado Penny en el podcast, Hamilton no solamente está a la altura sino que supera todo lo que pudimos haber esperado: un musical que a través del hip-hop, un ritmo frenético, personajes bien desarrollados y actores que combinan talento y carisma hacen que las dos horas con cuarenta minutos no se sientan pesadas.
El musical trata sobre la vida y logros de Alexander Hamilton (interpretado por Miranda), quizá uno de los padres fundadores menos famosos hasta antes de que surgiera la obra. Inmigrante, huérfano, pobre pero con mucho ingenio, logra llegar a Nueva York para comenzar sus estudios, participa en la guerra de independencia contra Gran Bretaña, se convierte en mano derecha de Washington y colabora en la construcción de quizá la primera nación de la era moderna.
Por supuesto, los personajes de apoyo aportan sus propias e interesantes historias y esta grabación cuenta con el cast original de Broadway: Daveed Diggs (Snowpiercer) y Leslie Odom Jr. (Smash) se roban el show como Thomas Jefferson y Aaron Burr, némesis del protagonista (ambos se llevaron premios Tonys por sus interpretaciones, mismo caso que Reneé Elise Goldsberry por su papel de Angelica Schuyler. Philippa Soo (a quien escucharemos en Over the Moon, en Netflix) como la esposa de Hamilton, Elisa, Jonathan Groff (Mindhunter) como el rey George, así como Christopher Jackson (Moana) como George Washington sobresalen entre los 30 actores en escena.
La Historia según las minorías
Quizá todo el espacio aquí sería insuficiente para describir esta obra que es una maravilla visual y auditiva que nos entrega una gran historia de una forma que no esperábamos: el Estados Unidos de hace más de 200 años contado por las minorías, por los miembros de un país más diverso y ese es su encanto: fue una obra que fue concebida y lanzada en la era Obama. Lin-Manuel Miranda presentó en 2009 en un recital en la Casa Blanca la primera versión de la canción con la que abría el musical (en aquel entonces planeaba lanzar un disco temático). La obra se estrenaría en 2015 y tuvo 5 años de lleno al 95% a pesar de sus altos precios, sólo rompiendo esa racha por el coronavirus.
Y es que el éxito de la obra en Disney+ y la conversación que ha generado nos recuerda de aquellos tiempos, antes de crisis económicas, desempleo, pandemias y presidentes fuera de la realidad. Nos lleva mediante esta obra a tiempos en los que todo parecía posible, en el que la convivencia sin importar color de piel parecía posible, en la que los inmigrantes tenían más oportunidades y el presidente apoyaba este tipo de esfuerzos.
Un poco de esperanza
Quizá viene a recordarnos que éramos felices y no lo sabíamos, que no supimos valorar lo que teníamos en aquel entonces y eso no es cosa menor en un año electoral, ya que Hamilton cierra con un poco de esperanza: no sabemos quién vivirá, quién morirá y quién contará nuestra historia. Es un recordatorio de que siempre podemos enderezar el camino y luchar por lo que creemos correcto. No es casualidad que muchos de los videos que han circulado en redes sean sobre niños cantando y bailando las canciones.
Aún queda mucho por contar y quizá la sombra de estos tiempos oscuros pueda disiparse. Movimientos como el resurgimiento de Black Lives Matter o los triunfos de #MeToo en tribunales coinciden con que este estreno, pasado de cientos o miles a millones de espectadores que, gracias al respaldo que Disney le da a este musical, pueden confiar en un futuro mejor.