Hasta hace poco tiempo el nombre de Taika Waititi era prácticamente desconocido. En México, por ejemplo, algunos sabíamos de su existencia por What We Do in the Shadows, cinta que pudo verse en cines por un par de semanas durante 2015.
Otros lo conocían por los capítulos que escribió y dirigió para la serie de HBO, Flight of the Conchords. Sin embargo, este par de títulos era todo lo que había llegado hasta nosotros del trabajo de este cineasta neozelandés previo al que se convertiría en su más grande éxito en taquilla, Thor Ragnarok.
Con apenas seis películas, Waititi ha demostrado ser un director dueño de un estilo muy particular, mismo que ya le llevó a obtener un Oscar en la categoría de Guion Adaptado, y que puede verse en una de sus películas menos conocidas: Hunt for the Wilderpeople (Cazando Salvajes), título anterior a su trabajo con Marvel y que se encuentra disponible en Netflix.
Buscando un hogar
La cinta nos presenta a Ricky Baker (Julian Dennison), un niño de 12 años que ha pasado por diferentes familias adoptivas sin lograr adaptarse. En uno de los muchos intentos por encontrarle un hogar, una oficial de servicios familiares (Rachel House) lo lleva con Bella (Rima Te Wiata) y Hec (Sam Neill), un matrimonio que vive en una granja en mitad de los imponentes bosques neozelandeses. Ricky pasa un tiempo con la pareja y aunque parece que las cosas irán bien para él, un trágico accidente le hará tomar la decisión de huir para cumplir su sueño de convertirse en un gangster.
La premisa en Hunt for the Wilderpeople bien pudo ser el inicio de una historia llena de lágrimas, sin embargo Taika Waititi opta por entregarnos una película con un corazón mucho más grande, en la que el drama y la comedia ocupan el mismo nivel de importancia.
De hecho, es el humor el que se convierte en el medio de sanación ante el abandono y lo difícil que en ocasiones es encontrar nuestro lugar en el mundo.
La vida es impredecible
Ricky es un niño ingenioso, con un gran carisma y un tanto ingenuo; mientras que Hec es un hombre huraño y algo gruñón. Por una serie de circunstancias, ambos terminan huyendo al bosque neozelandés obligándolos a pasar juntos más tiempo del que les gustaría.
Es en la convivencia de estos dos personajes que Waititi nos habla de una verdad innegable: la vida es impredecible y así como pasan cosas buenas, también ocurrirán malas. A él no le interesa centrar su atención en los infortunios sino en cómo se les puede hacer frente, anteponiendo siempre el lado luminoso del ser humano (visión constante en su filmografía).
Para lograr este resultado cuenta con la presencia de Sam Neill (famoso por su papel en Jurassic Park), así como con el encanto del joven Julian Dennison (a quien veremos este mismo año en Godzilla vs Kong). La química que ambos transmiten no sólo es divertida, también resulta muy entrañable.
A ellos, hay que agregar el buen trabajo de sus actores secundarios, en especial Rachel House como la obsesiva oficial de servicios familiares. Los momentos que comparte con Dennison resultan de lo más simpáticos.
Hunt for the Wilderpeople es una cinta divertida y original que merece la pena su revisión, en especial si después de Jojo Rabbit se quedaron con ganas de ver más del trabajo de Taika Waititi.