I’m still here: el dolor bellamente construido

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I’m Still Here es una película que nos muestra cómo la vida puede pasar de la calma a la tormenta en un par de segundos. En este caso, la tormenta es la tragedia que le toca vivir a Eunice Pavia (Fernanda Torres), una mujer que de la noche a la mañana ve cómo su mundo perfecto se desmorona cuando su esposo, Rubens (Selton Mello), un ex diputado de izquierda es secuestrado por el régimen militar brasileño de los años 70.

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Durante esa captura, Eunice también fue interrogada por alrededor de quince días. Lo que hace Fernanda Torres para interpretar a esta mujer, en probablemente una de las situaciones más difíciles que cualquier ser humano pueda experimentar, es excepcional. La actriz transmite una montaña rusa de emociones que no puedes evitar vivir con ella: el miedo por el destino de su esposo, la preocupación por sus hijos y la angustia por su propia vida. La forma en que su personaje se desmorona, física y emocionalmente es tan desgarradora que es imposible no conmoverse. La tortura no solo la hace perder la esperanza, también parece destrozar lo que queda de ella como mujer, y eso lo transmite Torres con una sutileza asombrosa.

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Walter Salles, director del filme, logra yuxtaponer de manera formidable el infierno versus el paraíso que se vivía en casa antes de la tragedia. Hace un trabajo brillante al darnos una visión de una familia que lo tenía todo: amor, amigos, mascotas, juegos, una casa frente al mar, sueños… El golpe es tan fuerte porque todo eso se pierde en cuestión de segundos, y ese «paraíso» que parecía irrompible, se quiebra con el secuestro de Rubens. De alguna manera, el director hace que la casa misma sea un personaje más, mostrándonos cómo un hogar puede pasar de ser el centro de todo a convertirse en un espacio vacío de angustia y desesperanza.

Cuando Eunice logra salir de su detención, no solo regresa a una realidad rota, sino que también se enfrenta al reto de ser el pilar de su familia, de reconstruir lo que queda de su vida mientras lucha por la justicia para su esposo. Y en todo momento, el personaje de Eunice se muestra como una mujer que, aunque rota, se rehúsa a quebrarse por completo. Una mujer que, pese a la destrucción, encuentra fuerzas para mantenerse en pie, por su familia, por su esposo y por ella misma. Fernanda Torres logra interpretar a esa gran mujer, una heroína anónima, con una humanidad tan real que es imposible no admirarla.

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La película también nos cuenta cómo, tras la tragedia, Eunice se traslada a São Paulo para estudiar derecho, involucrarse en la política y defender la causa de su esposo. Una muestra de resiliencia y fortaleza que la convierte no solo en una madre y esposa, sino en una activista que, a pesar de todo, se niega a desaparecer como lo hizo su marido. Es una historia que refleja el dolor de muchas familias brasileñas durante la dictadura militar, pero también la valentía de quienes decidieron no quedarse callados.

I’m Still Here es una película profunda, dolorosa y bellamente construida. Walter Salles sabe cómo mezclar lo personal con lo político, lo íntimo con lo histórico. Nos presenta una mujer luchando contra todo, no solo por amor, sino también por justicia, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, la resistencia y el amor siguen siendo los pilares que nos mantienen de pie.