Venus y Serena Williams son leyenda viva del tenis, pero King Richard (USA, 2021) no cuenta en realidad la historia de ellas, sino la de su padre, Richard Williams, eartífice del éxito deportivo de ambas. La película, dirigida por Reinaldo Marcus Green, es un drama deportivo protagonizado por Will Smith en el que se relatan los inicios de Venus y Serena en un deporte para el cual tenían las puertas cerradas. La película se hizo de seis nominaciones al Oscar, incluido el de Mejor Película y puede verse en HBO Max.
Soy leyenda
No hay manera de hablar acerca del tenis sin pasar por los nombres de Venus y Serena Williams. Entre las dos suman un total de 30 Grand Slams individuales ganados, juntas se hicieron de 14 trofeos de Grand Slam en dobles y, si colocan sus medallas de Juegos Olímpicos veríamos un total de nueve metales. Con todo ello, King Richard cuenta la historia de Richard Williams (Will Smith), el padre de las tenistas más dominantes que ha visto este deporte.
Richard es esposo de Oracene. Ambos tienen cinco hijas y viven en Compton, barrio conocido por sus niveles de inseguridad y violencia. Sin embargo, Richard tiene un plan (literalmente) para sacar adelante a sus hijas y que de su casa surja una campeona de tenis. Venus y Serena son las más adelantadas en esta materia, pero él considera que bajo su estricto método de crianza todas podrán convertirse en profesionistas. Esto llama la atención de algunos vecinos quienes consideran que lo que hace la familia raya en el maltrato.
Es así que en esta biografía autorizada (producida por Venus y Serena mismas), vemos el camino emprendido por Richard para que sus hijas se convirtieran en leyendas improbables de un deporte de alguna manera reservado para blancos de clase alta. Aunque hacia el final de la película vemos a las hermanas Williams arrebatar un poco de protagonismo a su padre, sobre el cual apenas hay una escena en la película que lo confronta abiertamente, lo que tenemos es una cinta centrada en la hazaña de Williams y los resultados de su plan.
La promesa de la movilidad social
Cuando los miembros de una sociedad pasan a una posición superior en la estructura socioeconómica se le conoce como movilidad social. La movilidad social permite que las personas accedan a mejores condiciones de vida. Sin embargo, existen condiciones estructurales que impiden a amplios sectores de la población participar de la movilidad social y Compton, el barrio en el que se sitúa la historia de King Richard, es un ejemplo de ello. A sus habitantes los condena la violencia, pobreza y desigualdad que han padecido por generaciones.
De manera que si el Estado, a través de su brazo operativo que es el gobierno, no provee de políticas sociales orientadas a promover la igualdad de oportunidades para quienes están en las orillas del modelo económico, la movilidad social quedará reservada a casos excepcionales. En el Compton de King Richard y el de la vida real, uno de esos casos es el de las hermanas Williams. Richard entrenó a sus hijas con los prácticamente nulos recursos de los que disponía e hizo todo lo que estuvo en sus manos para que dos chicas afroamericanas pudieran contar con un entrenador para potenciar sus habilidades.
Según la película, el desarrollo de Venus y Serena en su formación inicial como tenistas y personas fue gracias a la férrea disciplina impuesta por Richard, su padre. Ello implicó sesiones de entrenamiento pesadas y en condiciones que para sus propios vecinos estaban cercanas al maltrato. Sobre esta respuesta la película insiste en que la disciplina impuesta nunca cruzó la línea del abuso y enfatiza en la necesidad del trabajo duro para aspirar a una vida mejor. Más allá de dicha discusión, lo que resulta claro es que para quienes forman parte de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, la movilidad social no es una promesa, sino una proeza.
Una historia Marca Hollywood
La historia de la familia Williams es digna de ser contada y posee todos los elementos para que Hollywood la abrace. Se trata de una hazaña deportiva en la que dos hermanas que vienen de abajo conquistan la cumbre de un deporte del que la población de color no participaba ni como espectadores. Con Venus y Serena el tenis trascendió las fronteras del deporte para hablar de distintos fenómenos sociales vinculados a la clase, el origen étnico y las oportunidades.
Y aunque el mérito de lo realizado por Venus y Serena debiera recaer en ellas, son ellas mismas quienes al producir una película sobre la historia de su padre le conceden a Richard el reconocimiento de haber desarrollado no sólo a dos magníficas campeonas, sino a la mejor jugadora en la historia del tenis. Resulta difícil pensar que sin la influencia de su padre Venus y Serena hubieran abandonado Compton para conquistar el mundo.
Si bien King Richard utiliza las convenciones con las que Hollywood nos ha presentado estos relatos de éxito deportivo, lo hace siendo preciso en sus formas. La cinta viene acompañada de la emotividad en los momentos en que el público lo espera y de la inevitable emoción que produce la acertada reproducción de las secuencias relacionadas con el deporte. El público no va a encontrar nada más allá de un drama deportivo habitual en King Richard, a pesar de que la nominación al Oscar a Mejor Película sugiera otra cosa.