Amo las novelas de misterio, en especial las que llevan la firma de Agatha Christie. Y probablemente no sea la literatura más sobresaliente pero sus tramas siempre me han parecido muy divertidas. Esa misma sensación fue la que sentí con Entre navajas y secretos (Knives Out), la más reciente película de Rian Johnson.
La historia inicia con la muerte de Harlan Thrombley (Christopher Plummer), un famoso escritor de novelas de misterio y patriarca de su familia. Si bien los familiares no tienen motivos para sospechar que se ha cometido un crimen, la presencia del detective privado Benoit Blanc (Daniel Craig) despertará muchas incógnitas.
Un whodunnit poco usual
Tradicionalmente, en un whodunnit (abreviación de Who has done it?) la identidad del responsable del crimen se conoce al final de la historia, cuando el investigador reúne a los sospechosos y presenta las conclusiones de sus pesquisas. Sin embargo, Knives Out (escrita por el propio Rian Johnson) resuelve este punto en la primera parte de la película. Lo que sigue es un muy ingenioso giro de tuerca a un modelo de narración que se construye desde los clichés.
Y por clichés me refiero a lo arquetípico de los personajes: un número limitado de sospechoso (y todos con un buen motivo para llevar a cabo el crimen), una casa apartada o un excéntrico detective y su ayudante.
El toque social
Todos estos elementos tan convencionales sirven también para que el director haga un comentario político bastante oportuno sobre uno de los temas más controversiales entre la sociedad estadounidense, la migración y discriminación.
Sus personajes tienen una opinión muy clara, y aunque algunos se muestren a favor y otros en contra, resulta muy revelador como ninguno de ellos atina a conocer la nacionalidad del personaje interpretado por Ana de Armas.
La estrella es el misterio
A diferencia de Kenneth Branagh y su remake de la obra de Agatha Christie, Asesinato en el Expreso de Oriente (2017), Rian Johnson entiende muy bien que lo más importante debe ser el cómo ocurren las cosas y no quién las resuelve. Tan lo comprende que todos los personajes tienen su relevancia, pero ninguno de ellos opaca a la verdadera estrella, es decir, el misterio.
Knives Out es un juego en el que el espectador participa haciendo conjeturas y proponiendo soluciones pero, que como ocurre con las buenas novelas de misterio, seguramente errará en el resultado. Y aun así se divertirá con el proceso.
Por cierto, si esta película despierta su interés por las novelas de Agatha Christie, podrían iniciar con El testigo mudo, novela que me vino a la mente mientras veía la película de Rian Johnson.