A 99 años de su estreno, y gracias al trabajo realizado por The Criterion Collection, los amantes del cine tienen acceso a La carreta fantasma en un formato de alta calidad. Este filme, estrenado en 1921, es una de las grandes obras del cine mudo europeo y su director, Victor Sjöström, es reconocido como una gran influencia en la filmografía de Ingmar Bergman. Por esta razón en Filmsteria! te presentamos la edición Criterion de esta imprescindible obra.
El filme
Antes de Ingmar Bergman estuvo Victor Sjöström. El cine sueco tuvo en Bergman a su mayor representante, pero a Sjöstrom como su piedra angular. La carreta fantasma (Körkarlen, 1921) es quizás la mejor y más conocida muestra de su trabajo como director. Resulta difícil encontrar a otro cineasta de la época en todo Europa con un manejo revolucionario de la narrativa y la técnica para hacer cine mudo.
La carreta fantasma, dirigida y protagonizada por Victor Sjöström, cuenta la historia de David Holm, un hombre alcohólico y violento, que se encuentra con la muerte en el último aliento del año. El problema se profundiza ya que la última persona en morir en el año es responsable de conducir la carroza de La Muerte durante el siguiente. Cada día tiene el peso de cien años, en los cuales debe levantar las almas de los muertos donde quiera que estos se encuentren.
En la adaptación de esta historia de folklore sueco basada en la novela homónima de la Premio Nobel de Literatura Selma Lagerlöf, Sjöstrom enfrenta a su audiencia con espectros a través de una rudimentaria pero efectiva técnica de doble exposición. Por otra parte, en el aspecto narrativo, Sjöström juega con el tiempo para que el espectador conozca el pasado que carga sobre sus hombros el protagonista. Con ello La carroza fantasma se convirtió en una de las películas más representativas del cine mudo europeo.
El material adicional
La edición Criterion de La carreta fantasma, un tesoro cinematográfico en sí mismo, viene acompañada de material que fortalece la experiencia del espectador con relación al filme. En este sentido, la película puede acompañarse de los comentarios del historiador de cine Casper Tybjerg. A través de éstos es posible conocer detalles sobre la adaptación de la historia, los aspectos técnicos para producir los efectos de luz e imagen deseados, así como los elementos narrativos que hicieron de La carreta fantasma una película revolucionaria en su época.
Aunado a ello, esta edición del filme contiene una entrevista realizada a Ingmar Bergman en 1981 en la que habla sobre la figura de Victor Sjöström, su relación con él y la influencia de éste en su obra. Resulta difícil no impresionarse con las palabras con las que un director de la envergadura de Bergman se refiere al director que le antecedió como el referente del cine sueco de relevancia global. Desnuda su admiración como director y repara en sus impresiones al haber trabajado con Sjöstrom en su faceta de actor.
Esta relación entre Sjötröm y la obra de Bergman se explora con mayor profundidad en el ensayo visual The Bergman Connection, incluido también como parte del material adicional. Peter Cowie, biógrafo de Bergman, muestra las referencias visuales y temáticas que el célebre director retomó de Sjöstrom y, particularmente, de La carreta fantasma. El mismo Bergman afirmó haber visto este filme en más de cien ocasiones, por lo que no es de sorprender que la representación física de la muerte haya ocupado un lugar importante en su filmografía.
El ensayo
El ensayo de la edición Criterion de La carreta fantasma es de la autoría de Paul Mayersberg, crítico de cine británico, y se titula Las formas fantasmas. En este texto Mayersberg contextualiza al lector sobre la relevancia de Sjöstrom durante su época y su influencia para las siguientes generaciones. La onda expansiva del talento de Sjöström se ve asoma en la obra de Ingmar Bergman, pero alcanza a autores como Stanley Kubrick con The Shining y la famosa escena del hacha y la puerta, inspirada en una escena similar de La carreta fantasma.
Los fantasmas a los que hace referencia Mayersberg en su ensayo toman distintas formas y algunos son abordados con mayor profundidad que otros. Por un lado está, por ejemplo, el eje del alcoholismo en la película y los debates sobre una posible instrucción moral en la historia. Por otro lado, el lector se encuentra con la sombra presente del cine silente estadounidense de la época y sus contrastes con el europeo, uno viendo al entretenimiento y el otro al rostro humano, según el autor.
Mayersberg ubica a Victor Sjöström, y particularmente a La carreta fantasma, en un punto entre los hermanos Lumiére y George Méliès. Un cineasta cautivado por lo documental y el ilusionismo. Hay en Sjöstrom una insistencia manifiesta en sus películas por filmar en locaciones y no en sets, así como por jugar con los elementos técnicos y la luz para llevar al espectador a otras realidades. Hubo pues, alguna vez, un fantasma que recorrió Europa, el fantasma del cine de Victor Sjöstrom.