Esta crítica de Love Wedding Repeat contiene spoilers.
Con un engañoso título que refiere a Edge of Tomorrow (Liman, 2014) -el lema de la cinta: Live Die Repeat-, el inglés Dean Craig (amplio historial en series de comedia televisiva, no vistas por mi) debuta en cine -o más bien en streaming- con su ópera prima Love Wedding Repeat, una comedia romántica de enredos que llega a Netflix justo para intentar llenar el vacío de entretenimiento en plena pandemia.
En Love Wedding Repeat conocemos a Jack (Sam Claflin, Me Before You, Adrift) un hombre que hace tres años conoció en Italia a Dina (Olivia Munn) con quien estuvo a punto de iniciar un romance pero que, por cuestiones del destino, todo quedó en una sola agradable tarde de verano.
Tres años después, la hermana de Jack, Haley (Eleanor Tomlinson), está a punto de casarse, y justo ha invitado a su amiga Dina. El problema para Jack es que también está invitada su tóxica exnovia (Freida Pinto), y además -para rizar más el rizo- se cuela a la fiesta el ex de la propia Hayley, quien a la sazón quiere impedir la boda.
La película no es más que la típica comedia de enredos que en su primera mitad se desarrolla con cierta gracia, con algunos gags simpáticos aunque con personajes que, en su mayoría, resultan bastante desagradables, como lo son la pareja del personaje de Freida Pinto, obsesionado por el tamaño de su pene, o cierto invitado que decide ir a la boda usando un kilt aunque no es escocés.
Como es de esperarse, todo lo que puede salir mal, saldrá mal, y cuando la cosa ya no tiene remedio, la película recurre a un truco sumamente gratuito: una narradora en off (¿Judy Dench?) le da “reset” a la cinta para mostrarnos otro probable resultado, claro, en el que todo sale bien.
Filma, copia, repite
Estamos frente a una especie de remake muy mal logrado sobre la original francesa Plan de Table (Raynal, 2012) donde el destino de la protagonista cambia dependiendo el lugar que ocupa en la mesa de una boda a la que fue invitada.
La misma idea se utiliza aquí a medio filme: el azar interviene y produce desastres, sólo una combinación de factores nos lleva a un final feliz para Jack y Hayley, y es justo el que se muestra en la segunda mitad del filme, la cual resulta más aburrida por predecible.
A la pereza argumental de la cinta habría que agregar la ausencia de una secuencia memorable o que provoque una risa franca. La excepción a la regla es Joel Fry, quien de nueva cuenta repite su papel de amigo tonto pero chistoso (hizo exactamente lo mismo en Yesterday, 2019) y que se roba la película en las escenas que aparece.
Así, Love Wedding Repeat es una cinta que no destaca por su humor, ni por su premisa (si quieren ver películas románticas con un twist metafísico mejor vean The Time Traveler’s Wife o About Time) y que probablemente su único mérito es salir a tiempo y en el lugar preciso (la cuarentena y en streaming) en un momento donde la audiencia estamos ávidos por entretenimiento ligero.
De otra forma no entiendo que esta cinta esté en segundo lugar primer lugar de lo más visto en Netflix esta semana.
Tiempos extraños, sin duda alguna.