Mano de Obra –ópera prima de David Zonana sobre un guión de su propia autoría- narra la historia de Francisco (Luis Alberti), un albañil que luego de un fatal accidente que sufre su hermano en una obra donde ambos trabajaban, lucha por que el dueño de la construcción (una casa de lujo en la zona del Pedregal de San Ángel, CDMX) pague indemnización a la viuda quien, a la sazón, está embarazada.
A pesar de que el patrón se muestra atento a la petición de Francisco, la burocracia y la maraña de corrupción impiden que se pague un solo quinto: el perito que examinó el cuerpo del occiso determinó que al momento del accidente se encontraba bajo los efectos del alcohol, por lo que el dueño no está obligado a pagar nada.
Algo más que crítica social
Con un ritmo bastante dinámico en tomas fijas que nunca terminan de dibujar por completo la enorme extensión de la casa que construyen, Mano de Obra inicia como una revenge movie con un toque social, pero cuando Fernando toma la decisión sobre qué hacer frente a las injusticias sufridas, la película gira completamente, convirtiéndose en una dura crítica sobre las condiciones sociales que impiden al pobre abandonar esa condición, aunque para ello incluso le arrebate sus pertenencias al rico.
Actuada en su mayoría por albañiles reales, la película de Zonana abraza la crítica social propia de muchas óperas primas mexicanas, pero se niega en todo momento a entregar un filme aburrido o incluso solemne, manteniendo la atención del público desde la primera hasta la última toma.
Al final la crítica de Zonana no podría ser más dura: la pobreza está en todas partes, no solamente en la cartera.