¡Nop!, de Jordan Peele, es sin lugar a duda una grata sorpresa que se hace paso dentro de la cartelera de casi fin de verano. No hay nada que se le compare.
Situada en Los Ángeles, acompañamos a OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald Haywood (Keke Palmer), hermanos y herederos de una empresa de renta de caballos para la industria cinematográfica en Hollywood. Dicha compañía, heredada de su recién difunto padre (muerto en una circunstancia bastante sospechosa) está en peligro de desaparecer.
Cosas extrañas comienzan a suceder en el rancho, y OJ y Emerald comienzan a temer de un extraño ser que acecha desde el cielo. Antes que asustarse, los hermanos se dan cuenta que este puede ser el boleto para salvar su negocio: hay que capturar una buena imagen de estos aliens, u OVNIS, o lo que sea que sean, para venderlas al mejor postor, cobrar un buen cheque y así rescatar a sus caballos.
Menos política, más terror
Con tan solo tres filmes pero con una larga carrera en comedia y stand up, Jordan Peele ha logrado posicionarse como un sólido director capaz de llevar a la pantalla grande historias que de verdad tienen algo que decir. Si bien ¡Nop! no es tan “política” como lo fue su ópera prima Get Out (2017), esto no hace de Nop! una película menor. Es una cinta que busca retratar el estado actual de la industria del entretenimiento y su intrínseca dependencia a lo tecnológico. Todo ello se narra desde el género predilecto del director, el terror… mezclado (muy bien) con el western.
For the vine
La popular frase de internet “Do it for the vine”, se refiere al momento cuando los seres humanos hacen cualquier cosa para tener un video o una foto polémica o interesante. ¡Nop! critica este proceso mediante una subtrama por demás perturbadora: la historia de una sitcom televisiba que tenía un mono entrenado como estrella del programa y que termina en un sangriento desastre.
La escena resulta inquetante no solo por lo violento sino por lo inesperado, ¿qué tiene qué ver esto con la trama de los hermanos OJ y Emerald? Y he ahí lo casi mágico de esta cinta: con este tipo de subtramas, Peele no solo hace hincapié en el absurdo al que es capaz de llegar el ser humano con tal de montar un buen show, sino las consecuencias de lo mismo.
¡Nop! también tiene un comentario sobre el famoso “do it for the art”, ejemplificado a través Antlers Holst (Michael Wincott), director de foto quien es contactado por OJ y Emerald para grabar al famoso espécimen. Una parodia o guiño de cineastas como Werner Herzog, quien, obsesionado por la búsqueda de lo bello, e intentando domar la naturaleza desde su cámara, decide ayudarlos para captar lo que sea que ande merodeando en el cielo.
Pronto dan cuenta que para poder grabarlo necesitan una cámara 100% análoga y hacen todo un plan para hacer el montaje. En la era de la saturación máxima tecnológica, lo análogo es la salvación.
Terror clásico
El terror ha sido el vehículo predilecto del director, y aunque aquí no se mete tanto con el «terror-político» al que nos tenía acostumbrados, se va más bien por la ruta de la tensión clásica con uno que otro jump scare. Más aún, agrega ciertos tintes de comedia (tan característicos de Peele), en un guion sumamente sólido y bien planteado, con una historia totalmente original y fresca. Por si fuera poco, al usar el género del western que los americanos hicieron famoso, agrega otra capa bastante interesante al filme.
No cualquiera puede balancear tantos platos en una charola, y es de reconocer que el director lo logra, a pesar de que hay un sin fin de maneras en las que este material pudiera haber terminado muy mal en manos de otro.
¡Nop! es una película sumamente inteligente, que logra entretener a quien busque pasarla bien un rato o algo un poco más profundo. Eso sí, si buscabas full terror, no lo encontrarás.
Recomiendo verla en IMAX.