Desde aquella obra maestra de Paolo Sorrentino, La Grande Belleza (2013), el cine no nos había regalado a un sibarita tan entrañable como lo es Bill Murray en On The Rocks (2020) la más reciente cinta de Sofía Coppola y tercera colaboración entre la cineasta y el actor.
Por supuesto, el Jep Gambardella de Toni Servillo es mucho más sofisticado y menos “dulce” que el Felix de Bill Murray, pero no suena difícil que ambos tuvieran una larga conversación sobre mujeres, restaurantes y sitios visitados y por visitar al calor de algunos tragos.
El vaso comunicante entre ambas cintas es justo el placer de sus protagonistas por lo bello de la vida, no importando que esto termine matándolos (como el pobre turista al inicio de La Grande Belleza, muerto por una sobredosis de belleza ante la imponente Roma).
Padre e hija
En On the Rocks conocemos a Laura (Rashida Jones), una escritora casada y con dos hijos. Su marido, Dean (Marlon Wayans), tiene una compañía y está de viaje constantemente por lo que Laura empieza a sospechar que éste le pone el cuerno con su socia, una atractiva chica con la que va por todos lados.
Laura le platica la situación a su padre, Felix, un bon vivant de tiempo completo, galerista de arte retirado, coqueto profesional (siempre tiene palabras bonitas para cualquier mujer que conoce) y en su momento marido infiel.
Si alguien sabe sobre las artimañas que usan los hombres para engañar a sus mujeres ése es Felix, quien considera que hay muchas señales peligrosas en el comportamiento de Dean por lo que, sin reparo, le aconseja a su hija que le revise el celular. Laura no quiere ir tan lejos, pero es entonces cuando su padre le cae de sorpresa para ir juntos en búsqueda de la muy obvia infidelidad.
La sombra de Coppola
Bill Murray está hecho para este papel que aparentemente no le representa mucho esfuerzo. La ligereza y sentido del humor que caracterizan al actor se mezcla con un personaje cínico pero carismático pero elegante, amante de la buena comida, del viaje y claro, de las mujeres. “¿Te gusta ser tu, verdad padre?” le pregunta Laura, “Siempre” le responde él.
La paternidad es un tema latente en el cine de Sofia Coppola: ahí están los mojigatos padres en Virgin Suicides (1999), la paternidad conflictuada de Johnny Marco (Stephen Dorff) en Somewhere (2010) y ¿que era Bill Murray sino un padre sustituto en Lost in Translation (2003)?
En este caso el relato parece aún más personal para la directora: Laura (interpretada por la hija de otro padre abrumador, Quincy Jones) pide ayuda a un hombre claramente más exitoso que ella, más sabio, reconocido por muchos (aquel policía que le perdona la multa) y greater than life. Una descripción que encaja perfecto en la figura de Francis Ford Coppola.
Guiños Allenescos
On the Rocks tiene como escenario la ciudad de Nueva York, sucede en sus restaurantes y en sus calles. En algún punto, padre e hija beben en el famoso Carlyle, el lugar donde usualmente toca la banda de Woody Allen, un guiño más que me hace pensar en esta cinta como un homenaje de Sofia al director neoyorquino.
En medio de esas pláticas entre padre e hija -donde Felix insiste explicar (¿justificar?) cierta naturaleza masculina ineludible de ir siempre tras una mujer (¿y por ende ser infiel?)- sale a la luz su propia infidelidad con su esposa (la madre de Laura), así como las razones que tuvo para hacerlo. Coppola no juzga ni condena a sus personajes, no les niega felicidad a pesar de los errores del pasado ni los condena a una vida de remordimientos. No quiere hacer de esto una telenovela.
Esa aversión al conflicto deriva en un final demasiado frío, acorde a la filmografía de Sofia Coppola pero tal vez no tan acorde con esta historia. No hay drama, pero al menos Sofía nos entrega el auténtico placer de tener de vuelta a una de las mejores versiones de Bill Murray que puede haber: aquella que se parece muchísimo a él mismo.
On The Rocks está disponible exclusivamente en Apple TV +