Esta semana se dio a conocer que la nueva administración de Warner Brothers -a cargo de David Zaslav- decidió cancelar fulminantemente la nueva película de Batichica, dirigida por Adil El Arbi y Bilall Fallah (Bad Boys For Life, Ms. Marvel).
No es la primera vez que un estudio cancela un proyecto, pero si es la primera vez que un estudio moderno cancela un proyecto que ya estaba filmado, que estaba en post-producción y al que se le había asignado un presupuesto millonario (100 MDD).
Según versiones, la razón por la que el proyecto fue enviado a la basura es que en una función de prueba el público le dió una calificación de 60, un número muy bajo para un material que pretende volverse un blockbuster.
Lo cierto es que si bien ese número es pobre, muchos otros proyectos en Hollywood han seguido adelante aún con calificaciones igual de malas o peores.
Lo preocupante no es Batgirl, lo que preocupa es que esto sienta un precedente nefasto. Si este criterio de evaluación se hubiera aplicado en los años setenta u ochenta, entonces cintas como Star Wars, Blade Runner o Aliens jamás hubieran existido.
Una película que debió verse en cine
Lo anterior viene a colación porque después de ver Prey (USA, 2022) -la nueva cinta dirigida por el nortemaricano Dan Trachtenberg (10 Cloverfield Lane, The Boys, Black Mirror) basada en el clásico Predator (1987) de John McTiernan- resulta más que obvio que esta película merecía ser vista en la sala de cine y no en un servicio de streaming (Star + en nuestro país), que es donde finalmente esta película fue a caer.
Ambientada en el año 1719, en las Grandes Llanuras dentro de la nación Comanche, una adolescente llamada Naru (Amber Midthunder, toda una revelación) lucha por demostrarle a su tribu no solo que puede ser una gran guerrera sino también una buena cazadora.
Pero claro, aquellas tribus eran dominadas por hombres, y a ninguno de ellos podría importarle menos lo que opine una mujer, de hecho alguno de los amigos de su hermano (que a la sazón es un gran cazador) la manda de plano a la cocina (ya ven ustedes, esto del machismo viene de tiempos inmemorables).
Estos comentarios no le bajan la moral a Naru, al contrario, ella entrena todos los días, perfecciona sus técnicas y hasta mejora sus armas, siempre a lado de su fiel mastín, una perrita llamada Sarii.
Un día de caza, al tratar de demostrar que puede atrapar a un león, Naru ve algo raro en el cielo, encuentra animales desollados y enormes huellas que no se parecen a la de ningún animal conocido. Lo que Naru no sabe y nosotros sí (porque vimos la Predator del 87) es que eso que vio en el cielo es la nave de un Depredador, aquella bestia que a duras penas Arnold Schwarzenegger pudo combatir en los años 80.
¿Será que Naru, con flechas, un hacha, y una determinación de roble, podrá contra el Depredador?
Mujer vs Predator
Este filme es un bicho raro: estamos frente a una película de acción que a no ser por el escenario, tendría toda la pinta del mejor cine ochentero aunque con un obvio tono progresista. Estamos frente al clásico underdog que luego de las burlas de sus compañeros demuestra que tiene el talento y la fuerza para combatir.
La cosa es que el protagonista es una mujer (y no un hombre, como sería lo común del cine ochentero) que aún con menos armas que Schwarzenegger se enfrentará al mismo peligro: la famosa bestia alienígena que con un traje que la hace invisible y varias armas de última tecnología, irá tras de ti hasta cazarte y usar tu cráneo como trofeo.
En papel suena malísimo, pero Dan Trachtenberg se muestra lo suficientemente hábil como para entregar una muy eficiente cinta de acción que se sostiene más por las imágenes que por los diálogos (hay varias secuencias sin palabra alguna), con un montaje pulcro, emocionante y unas imágenes incluso hermosas gracias a la estupenda cámara de Jeff Cutter (esa secuencia donde la pantalla casi se va a negros y vemos a una pequeña Naru cruzando con una antorcha la oscuridad total).
Pero nada de esto sería plausible si su protagonista, Amber Midthunder, no fuera convincente como gran guerrera. Y justo lo que sucede con esta película es que estamos viendo el nacimiento de una nueva estrella de acción.
El padre de Amber, David Midthunder, es actor y stunt de Hollywood, y por lo que vemos en pantalla, claramente le ha enseñado un par de trucos a su hija. Amber se revela aquí como potencial estrella en este su primer protagónico.
La mercadotecnia al mando
La “saga” de Depredador es una de las peores en la historia de Hollywood, la única realmente notable es la primera entrega, dirigida por el gran John McTiernan (el mismo de Die Hard) pero fuera de eso, hasta los crossovers con Alien son de pena ajena.
En cambio, Prey es la mejor película de Depredador después de la original. Una prueba más de que un score bajo en las funciones de prueba y los focus groups no significa absolutamente nada.
Es una lástima que esta gran película no pueda llegar a cines. Ni modo, es lo que pasa cuando entregas las llaves del carro a los de mercadotecnia.
PREY se puede ver en Star Plus.