Hay quienes consideran que el hecho de que Disney+ se sostenga en contenido por todos conocido es su mayor defecto. Safety, el reciente estreno de la plataforma, es una muestra de que quienes sostienen tal argumento se equivocan. El problema principal se encuentra en la generación de supuesto nuevo contenido que evita correr riesgos y que prefiere reproducir sus fórmulas hasta el desgaste.
Detrás de todos los filtros propios de una producción sancionada para formar parte del catálogo de Disney+ (los mismos que Los Simpson no pasaron), hay una interesante historia en Safety, una de esas que a Hollywood le gusta reconocer. Si bien es ingenuo demandar a Disney un drama deportivo en el tono de Million Dollar Baby (2004), resulta igualmente inaceptable recibir con agrado una película de maquila.
Una mirada a la vida de Ray McElrathbey
Safety es una historia basada en la vida de Ray McElrathbey (Jay Reeves), jugador de futbol americano colegial de los Tigers de la Universidad de Clemson. Dado que Ray cuenta con una beca, le es indispensable ser exitoso tanto en el campo como en el salón de clases ya que, de otra manera, sus sueños de salir adelante en la vida podrían verse frustrados.
La historia de Ray, que es la de miles de jóvenes que año tras año se hacen de un espacio en la universidad gracias a su talento deportivo, se distingue de las demás por los retos familiares que enfrentó y que llevaron a que su caso se conociera en todo Estados Unidos. Ray se ve obligado a hacerse cargo de su hermano de once años, Fahmarr (Thaddeus J. Mixson), luego de que a su madre le es requerido internarse para tratar sus adicciones.
A partir de entonces, en la película se cruzan el drama y la comedia para entregar un relato complaciente y sin sorpresa alguna. Ray se ve obligado a ir en contra las reglas de la universidad al esconder a su hermano en el campus para que pueda vivir con él. Con ello arriesga su futuro e, incluso, el futuro del programa deportivo de Clemson. Posteriormente el protagonista se enfrenta a una serie de decisiones que lo llevaran a explorar sus propios límites.
Deporte y movilidad social
Para un gran número de jóvenes alrededor del mundo el deporte se convierte en la única vía de movilidad social, es decir, la única oportunidad de mejorar sus condiciones socioeconómicas. En el caso de Estados Unidos, el deporte es un camino para acceder a educación universitaria. De manera tal que los deportistas que no logran el salto al profesionalismo, tienen la oportunidad de hacer una carrera que les ofrezca mayores posibilidades de obtener un empleo mejor remunerado que sin un título en sus manos.
El entorno del cual proviene Ray, el protagonista de Safety, es duro. Su padre los abandonó al nacer su hermano, su madre es adicta y su barrio es violento. Los jóvenes en estas condiciones encuentran más elementos que les condenan a estar atrapados en la pobreza y la violencia que oportunidades para romper el círculo de la miseria. Ray parece ser consciente de todo ello y se compromete con sus estudios y el futbol. Sin embargo, es obligado a elegir entre abandonar a su hermano o renunciar a sus sueños.
A pesar de haber conseguido entrar a la universidad, situación que para muchos jóvenes en su condición nunca fue una posibilidad, la tragedia le sigue persiguiendo. La trampa de la pobreza no suelta a Ray, quien padece sus consecuencias a pesar de contar con el plan de juego necesario para abandonarla. De manera que “echarle ganas” no siempre es suficiente cuando las condiciones que impiden gozar de una vida digna son estructurales.
Una película de fórmula
Nadie puede decir que Disney desconoce su negocio ni su mercado. Tampoco es posible señalar que la productora desconozca la fórmula para entregar entretenidas películas deportivas aptas para toda la familia. Sin embargo, Safety no sólo no está a la altura de sus mejores cintas en la materia, sino que parece una película para televisión. Resulta evidente, casi tosca, la necesidad de presentar estrenos cada semana en su plataforma de streaming.
La cinta carece del espíritu de Miracle (2004) o de The Rookie (2002) y no tiene la simpatía de The Mighty Ducks (1992) ni de Cool Runnings (1993). Safety tampoco sale bien librada en la comparación de otras películas sobre futbol americano como Invincible (2006) ni Remember The Titans (2000). Ambas con actuaciones protagónicas por encima de la media para este tipo de películas (Malk Walbergh y Denzel Washington, respectivamente) y en las que explotan todas las emociones propias de la fórmula de una cinta deportiva con el sello de Disney.
De esta manera, prácticamente sobra decir que Safety funciona, acaso, para pasar el rato como un drama deslavado y una comedia que poco invita a la risa. La cinta navega en la medianía de lo que ya es, dado lo explorado de la fórmula, una categoría (que no subgénero) en el cine: película de deportes de Disney.