Sin Tiempo Para Morir, el filme numero 25 de la franquicia de James Bond, por fin logra estrenarse en cines después de varios retrasos que, debido a la pandemia del COVID-19, alargaron la espera por poco más de 18 meses.
El director, Cary Joji Fukunaga tenía una misión tan importante como las del agente secreto: dar cierre digo a esta saga -la de Daniel Craig- considerada por muchos como la serie de películas que revitalizaron y reinventaron al personaje.
De regreso a la acción
En Sin Tiempo para Morir, James Bond (Daniel Craig) está retirado del servicio secreto, pero como es de esperarse, su jubilación se interrumpe por un problema de talla mundial: un villano se adueña de una nueva tecnología de armas bio destructivas que atentarán no solo contra Reino Unido, sino contra la humanidad entera.
A Bond no le puedes pedir profundidad en la historia, la gente no va a descubrir el hilo negro con este personaje, y es justo en ese «beneficio de la duda» es donde películas como Sin Tiempo para Morir pueden existir sin exigirles tanto. Desafortunadamente, y a pesar de dicho beneficio, existen algunos problemas importantes dentro de la película.
Collage de acción
El problema es que no se siente como un cierre. Existen muchos distractores y oportunidades en la narrativa y la historia, que hacen que el final tenga menos peso del que debería.
La trama tiene muchas oportunidades, comenzado por su originalidad: no hay nada nuevo en Sin Tiempo para Morir, ya que aunque la historia en esencia es aceptable y va acorde con este tipo de filmes, no se siente que haya algo particular o nuevo dentro del mismo, si no mas bien pareciera como si se seleccionaran secuencias, momentos y escenas de sus atencesoras para crear este collage de acción.
Y todo esto sucede durante 163 minutos, donde a pesar de que la historia es simple, el director se dedica a estirar la liga en una narrativa que debería ser mucho más sencilla y straight forward . Realmente es innecesaria la duración del filme ya que el tiempo en pantalla no se utiliza de manera eficiente.
El problema del villano
Pero más allá de ello, la oportunidad mas importante es el desbalance que existe entre los personajes. Parte de la fórmula Bond, además del mismísimo agente, es lo que está a su alrededor. Por una parte, el villano Lyutsifer Safin personificado por Rami Malek, carece de fuerza. El personaje cuenta con dos motivos para su comportamiento, pero ninguno es explicado de manera eficaz. Su motivo maquiavélico es confuso, y su motivo amoroso se siente introducido con calzador, lo que hace que el personaje pase sin pena ni gloria. Además, también vemos de regreso a Chrstoph Waltz como Blofeld, pero desafortunadamente su aparición no cuenta con el peso que merece dicho personaje.
Por otro lado, los aliados de Bond solo los vemos cuando es conveniente para la historia, quedando fuera mucha de su participación, a diferencia de los filmes anteriores. Por ejemplo, siempre es interesante y divertido ver los nuevos dispositivos y armas que Q (Ben Whishaw) tiene preparadas para Bond, pero en esta ocasión esto prácticamente no existe.
Pero no todo está perdido, afortunadamente las escenas mas importantes de la película son muy buenas, que es lo que al final emociona más al espectador. El tema de la fotografía y los VFX se tratan de manera extraordinaria, con dos escenas a relucir: una en Italia y un plano secuencia en el clímax. También funciona muy bien la escena que involucra a Ana de Armas , pero desafortunadamente dura muy poco. Además, la banda sonora también es muy buena, con Hanz Simmer como compositor y la canción principal de Billie Eilish hace justicia a las canciones que hemos escuchado en filmes pasados con Adele o Sam Smith.
Sin tiempo para editar
Fukunaga se vió muy tibio al dirigir Sin Tiempo para Morir, lo cual hace que la culminación de Daniel Craig como el mítico agente secreto cuente con muchas oportunidades, donde su principal problema radica en la falta de sustento del villano y sus motivos, donde la historia pareciera más bien un collage de momentos que ya hemos visto en previas entregas.
Dicho esto, sus escenas mas importantes son muy buenas, mostrando esos tintes de emoción que tanto se disfrutan al ver este tipo de filmes, pero que al final de cuentas no logra superar a algunas de sus antecesoras como Casino Royale o Skyfall.
P.D.: Hubiera sido bueno que en esos casi dos años que estuvo la película guardada en los archivos de Universal pudieran haber sido utilizados de una manera productiva y se buscara re editar el filme, y de pasada, rasurarle una media hora.