Día 4 del festival de Sundance 2021. Una anticomedia romántica sobre la paternidad, una mirada dolorosa a los tiroteos escolares y una absurda película adolescente. Aquí el reporte de Josué Corro desde el festival de Sundance 2021.
TOGETHER TOGETHER
Una antítesis de las comedias románticas indies que conocimos (y en particular, amé) durante los últimos 20 años. Porque los elemento están ahí: hombre conoce chica, hombre tiene una motivación absurda -quiere tener un hijo a los cuarenta y tantos años-, chica cumple con todo el arquetipo Sundance: vibra posthpister, guapa, pero con su propia agenda quirky.
Peeeero, lo que Together, Together hace diferente, es que no se una obra de amor de pareja, sino una historia sobre lo que implica ser padres, desde el factor biológico, representado por Anna (una excepcional Patti Harrison, quien debe ser la nueva cara de la comedia norteamericana), quien dona su vientre por 30mil dólares y pasa por su propio torbellino de dudas y dolor; y por Matt (Ed Helms), quien por razones que poco a poco nos desvela el filme, quiere ser padre soltero y cómo esta decisión es vista por su familia, sociedad y por él mismo.
Quizá bajo el encargo de un estudio, Together, together se habría transformado en una pelea de «Él contra ella» y de polos opuestos atrayéndose; o como lo dicen en la película, con cierto toque Woody Allenesco: un romance alienado por la diferencia de edad. Pero la cinta se embarca más en presentar un amor platónico entre ambos protagonistas, una amistad con fecha de caducidad que quizá, al saber que tiene un límite de tiempo, se vuelve menos etérea y más centrada en las necesidades sentimentales del uno al otro.
Together, together es una Feel Good Movie que si bien no se aleja de los clichés de relaciones -como dijera José José: 40 y 20 (kudos por la burla a Friends)-, se atreve a contar una historia reciclada sobre lo que implica ser padres y amigos en el siglo XXI.
MASS
Un filme doloroso que, con una esencia teatral, no sólo nos brinda cuatro poderosas actuaciones, también coloca en tela de juicio los escombros y consecuencias de los errores que cometen los padres.
En una pequeña iglesia, dos parejas se reúnen para platicar. La tensión de los trabajadores es persistente antes de que los cuatro personajes arriben a un cuarto que sirve como un espacio de catarsis. Intercambian saludos, anécdotas y fotos de sus hijos. De pronto, una bomba atómica: el hijo de uno de ellos, realizó un tiroteo en la escuela y una de las tantas víctimas, era el primogénito de la personas que están del otro lado de la mesa.
Fran Kranz, actor que conocimos en The Cabin in the Woods, roza la yugular de un tema tabú, un tópico con infinidad de aristas que afortunadamente, su película no trata de resolver. No le interesa la política, religión, el sistema educativo (aunque claro que habla sobre dichos temas), lo más relevante de su película es la necesidad de cuatro padres, cada uno devastado, de encontrar el perdón y la forma de salir adelante. La actuación de Jason Isaacs, sin duda la mejor de su carrera, es devastadora y te estruja el miocardio.
Aunque algunos diálogos suenan prefabricados, los conceptos que los sustentan -la soledad de un adolescente, bullying, videojuegos, la falta de empatía y la idea que ser buen estudiante es sinónimo de estabilidad emocional-, se vuelven una especie de epílogo que pocas veces conocemos de la tragedia.
FIRST DATE
Imaginen mezclar Superbad, alguna una comedia juvenil de los 80, las tramas más absurdas de los hermanos Coen y cine de serie B… pues el resultado es First Date.
La película que inicia con un tono cómico, sobre un adolescente que hace hasta lo imposible por conseguir un auto para salir con las chica de sus sueños, se transforma en una bomba molotov de giros innecesarios, festín de sangre y un exceso radioactivo de Mexican Standoffs.
First Date es una película para dejar a un lado de tus neuronas, hundirte en el sillón y recordar las matinés sabatinas que veías frente a la televisión abierta.
Los esperamos mañana con la cobertura del festival de Sundance 2021.