De manera inesperada, Swallow, el largometraje debut del director y guionista Carlo Mirabella-Davis, llegó a las salas de México para atrapar al público con una propuesta visual y narrativa que pone al centro la discusión sobre la capacidad de agencia de las mujeres en el Siglo XXI. Para ello la cinta nos presenta la historia de Hunter, una mujer que aparentemente tiene una vida perfecta, pero que ha desarrollado una extraña compulsión: consumir objetos que ponen en riesgo su salud.
Los caminos de Swallow
El camino de Swallow ha sido extraño pero no le han faltado reconocimientos de la crítica. La película de Carlo Mirabella-Davis se estrenó en abril de 2019 en el Tribeca Film Festival entre elogios. Su protagonista, Haley Bennet se hizo del premio a mejor actriz por su interpretación de Hunter. La cinta siguió cosechando nominaciones y premios en el circuito independiente, sin embargo, fracasó en taquilla pues su estreno comercial en Estados Unidos coincidió con el momento más difícil de la pandemia por Covid-19 en marzo de 2020.
Tres años después de su estreno en Tribeca, Swallow llega a México con una presencia discreta en salas, pero con una historia con el potencial de crecer en el boca a boca. Hunter es una joven que se nos presenta como una mujer que parece haberlo alcanzado todo: un esposo con una pequeña fortuna y una casa maravillosa. Sus días están dedicados a complacer a su marido. Y aunque definitivamente este no es un camino que todas las mujeres desean emprender, Hunter parece cómoda con el.
Sin embargo, esta vida pronto se vuelve una carga para Hunter. Las atenciones hacia su esposo se pagan con indiferencia y ella se convierte en un elemento más alrededor de la vida de él. Además se ve obligada a dejar pasar los discretos, aunque dolorosos, ataques de sus suegros. Todo ello satura a Hunter cuando se entera que está embarazada y que nuevamente su valor está en función de proveer a la familia de su esposo de un heredero. Sin saberlo, nuestra protagonista encuentra descanso y toma control de sí a través de una práctica que desconcierta al espectador: el consumo de objetos tales como una canica, una tachuela o una pieza de ajedrez.
Más allá de la compulsión
Se conoce como Pica al trastorno que lleva a las personas a ingerir de manera compulsiva cosas que no son alimentos. Swallow parte de esta idea no para desarrollar una historia sobre esta condición, sino como una metáfora acerca de la rectoría de Hunter sobre su cuerpo y de la imposición de roles que los demás han decidido asignarle.
La preciosista fotografía de Katelin Arizmendi contribuye a mostrar una vida que en apariencia resulta de ensueño, pero que esconde horrores y sufrimientos debajo de la idealizada superficie. Por otra parte, el propio trabajo de fotografía incomoda y confunde a un espectador que es testigo de imágenes que le harían voltear la mirada pero que están fotografiadas con la misma belleza de la cual ya lo ha convencido la cinta.
A pesar de que la premisa de la historia con relación a la vida de Hunter y la compulsión que desarrolla resulta interesante, este es sólo el punto de partida. El guion de Carlo Mirabella-Davis se desdobla de manera inesperada para profundizar en el pasado de la protagonista y mostrarnos que su prácticamente nula capacidad de agencia es de larga data. A partir de entonces la trayectoria de Hunter es una que mira hacia el control de su vida y la libertad en muchos sentidos que conviene que sea el espectador quien los descubra de la mano de la cinta.
Una historia atrevida
Swallow tiene la virtud de cruzar un drama familiar con notas de body horror para hablar de temas sociales amplios como lo son la misoginia y la imposición de roles a las mujeres por parte de estructuras que asfixian la libertad de estas.
En este sentido podría relacionarse a Swallow con Get Out (Jordan Peele, 2017), en la cual vimos el uso del género de horror como una nueva manera de explorar los problemas raciales de Estados Unidos de la actualidad. O bien, también se podrían encontrar vasos comunicantes entre Swallow y Titane (Julia Ducournau, 2021) por su atrevimiento de poner a interactuar al cuerpo con elementos inanimados para profundizar acerca de la identidad.
“Todos los días intenta hacer algo inesperado. Oblígate a probar cosas nuevas”. Esta es la frase que Hunter lee en un libro que su suegra le invita a leer y que la empuja a ingerir por primera vez una canica. Sin dudarlo, Carlo Mirabella-Davis se comprometió con la frase que dejó plasmada en su guion y nos regaló una película de esas que se quedan en uno por mucho tiempo por lo que nos hacen ver, pensar y sentir. Conviene pues no desestimar las virtudes de lo inesperado.