Suena Something in the Way de Nirvana al mismo tiempo que Matt Reeves introduce al mítico Batman/Bruce Wane. No hay necesidad de formalidades o presentaciones, porque tanto en la película como en la butaca, todos sabemos quién es Batman.
A través de una de las canciones más melancólicas escritas por Kurt Cobian, comenzamos una exploración del personaje que jamás se había mostrado con tanto detalle. No es el Bruce filántropo y celebridad, sino un tipo de no más de 30 años que sigue atormentado por la muerte de sus padres. Por las noches ronda las calles como justiciero, pero son pocos los policías que lo ven como un aliado.
La característica batiseñal cubre el cielo obscuro y lluvioso de Gotham City, y Bruce emprende vuelo hacia una escena del crimen. El alcalde de la ciudad ha sido brutalmente asesinado, pero el culpable ha dejado una pista firmada exclusivamente para Batman, y es así como a través de un juego de gato y ratón, conocemos las partes más obscuras de la psique del caballero de la noche.
No es otra más de superhéroes
Matt Reeves se despega por completo del imaginario comercial del género y nos entrega un producto de thriller psicológico y cine noir, con grandes influencias de clásicos como The French Conection o Taxi Driver, hasta obras maestras modernas como el Zodiaco y Se7ven. Y claro, Nirvana.
Y es que lo único que hace que la película se asocie con los superhéroes son el batimovil y el traje. Incluso me atrevería a decir que se trata de todo menos de lo que usualmente conocemos como superhombres. Retrata más bien a un individuo atormentado y vulnerable, envenenando por la obscuridad. Duerme poco, y cada noche intenta vengar a sus padres de su injusta muerte.
The Batman se siente tan real y cercana que intimida. El realismo al que se apega Reeves permite que la película se sostenga como una entidad independiente, que funciona dentro y fuera del mundo de superhéroes.
La idea de justicia
Pero de nuevo, la película va más allá al abrir debates del papel de la justicia y las motivaciones de Batman mismo. Nos muestra, sin entrar en spoilers, cómo la justicia puede ser engañosa, ya que los motivos que llevan a su búsqueda pueden beneficiar solo a pocos. Entonces, la idea de la justicia se vuelve un arma de doble filo, la cual, alimentada por la venganza, no llevan a ningún lado.
¿Pelear por la verdad o pelear por el pueblo? Es algo que Bruce debe responderse, lo que lleva a que la película puntualice en diversos momentos el concepto de la parte obscura e iluminada de las cosas. Esta dualidad borra la línea comercial entre los buenos y los malos, lo blanco y lo negro. Todo es cuestión de perspectiva y de quién esté contando la historia, y hay momentos en que la vida lleva a los personajes a realizar acciones que sin el contexto completo parecieran malvadas, o todo lo contrario.
Pattinson ES Batman
Robert Pattinson personifica a quizás el mejor Batman de todos los tiempos, demostrando que es un actor de mucho calibre, triunfando a pesar de que algunos no le tuvieran fe y que no esperaban que pudiera “dar el ancho”. Su acercamiento al personaje es cauteloso pero calculado. Destaca además el infravalorado Paul Dano, quien da vida al Acertijo, inyectando la cantidad correcta de psicopatía, balanceando muy bien el filme.
El pegamento de historia y personajes es sin duda el toque estilístico de la película. A través de la fotografía inspirada en el cine negro de la mano de Graig Fraser (hoy nominado al Oscar por Dune), el director ata forma y sustancia donde los personajes se encuentran atrapados bajo el yugo de las noches lluviosas de Gotham. Y aunque el filme no se sostiene solamente por sus escenas de acción, hay un par a destacar: el car chase que no podía faltar, y una escena iluminada por denotaciones de arma.
A través de un Gotham sacado del cine noir, Matt Reeves hace que The Batman se convierta en una de las favoritas de tanto el género de superhéroes como el thriller psicológico. Es un acercamiento voraz al realismo, cuestionándose la justicia y las motivaciones de los que interactúan en esta mítica ciudad ficticia. El director mezcla la perfecta combinación entre sustancia y estilo en un filme de casi tres horas donde es imposible despegar los ojos de la pantalla, y de la mano de Robert Pattinson, dan vida a posiblemente el Batman más completo nunca antes llevado al cine.
P.D.: Por supuesto que escuchaba Nirvana mientras escribía este texto. Ustedes deberían hacer lo mismo.