Con la reapertura de cada vez más salas de cine en el país se estrenó en México The Hunt. La película recoge el clima de polarización política en el que se encuentra Estados Unidos a raíz del fenómeno Trump. Busca provocar a ambos bandos del espectro político norteamericano con una historia de humanos cazando humanos por diversión.
Entre el survival horror y la sátira política
The Hunt es como el trabajo que hubiera entregado Jordan Peele en la preparatoria si le hubieran encargado una película. Irreverente pero inocente, crítica pero literal, entretenida pero burda, polémica pero barata. Sin embargo, Creig Zobel, en la dirección, junto con Nick Cuse y David Lindelof como guionistas, lograron su cometido: dar de qué hablar utilizando como punto de partida la polarización política en Estados Unidos en la Era Trump.
La película mezcla el survival horror con la sátira para presentar la historia de un grupo de personas que aparecen en medio de un bosque y se dan cuenta de que están siendo cazados por otro grupo de personas. Es entonces cuando comienza una carrera por sobrevivir que deja varios muertos en el camino. La adrenalina provocada por el intento de mantenerse con vida poco a poco se acompaña de humor producto de la actual división entre demócratas progres (que no progresistas) y republicanos recalcitrantes.
Betty Gilpin (GLOW) protagoniza esta historia al interpretar a Crystal, una ruda mujer republicana que sirvió en la Marina. Ella está determinada a no morir en el juego de un grupo de millonarios demócratas conocido como The Manor en el cual cazan republicanos por diversión. Gilpin se hace del personaje y llena la pantalla con solvencia a pesar de contar en el bando contrario con la presencia de la dos veces ganadora del Oscar a Mejor Actriz: Hillary Swank.
Intencionalmente polémica y absurda
La polémica levantada por The Hunt, particularmente en Estados Unidos, es la esperada en un entorno político y social que tiene a dos sectores enfrentados. El filme da la vuelta a las expectativas del espectador quien basado en estereotipos pensaría que son los republicanos, al fin y al cabo más adeptos a las armas, los cazadores.
En cambio, son los liberales progresistas los organizadores de una carnicería que pone en lugar de víctimas a su contraparte conservadora. De manera que cuando Betty Gilpin comienza a partir madres (o a patear traseros para ser más fiel a la expresión anglosajona), el público se emociona y empatiza con ella.
Y aunque la película tiene algunas provocaciones que resultan inteligentes, es innegable que el humor del que se acompañan es en muchas ocasiones bobo. Pero, en su defensa, The Hunt parece ser consciente de ello y no pretende ser algo distinto. Es intencionalmente absurda con el propósito de encender conversaciones en un amplio sector del público estadounidense.
Es lo que hay
Los cerca de 90 minutos que dura The Hunt se las arregla para ser entretenida y divertida, sobre todo si el espectador tiene la precaución de saber el tipo de producto que va a recibir. Definitivamente no es una película para romper el aislamiento (que en estricto sentido ninguna debiera serlo), pero dado que los cines están abiertos y los estrenos escasean, no parece ser una mala opción. The Hunt no es Jordan Peele, pero es lo que hay.
