En esta serie de artículos haremos la crítica a las principales películas que pudimos ver en el TIFF 2020 Día 1
ONE NIGHT IN MIAMI Dir. Regina King
La noche que Cassius Clay se convierte en campeón del mundo, se reúne en un hotel con Sam Cooke, Jim Brown y Malcolm X para discutir su ingreso a la Nación del Islam (sí, cuando cambiaría su nombre por Muhammad Ali).
La ópera prima de Regina King es un documento pertinente y resonante para nuestra era (y en cierta forma, abre paso a la discusión sobre cómo en medio siglo, las condiciones socioculturales de las minorías en EUA y el mundo han cambiado poco). Su debut es una obra que envuelve a sus personajes en un microuniverso de verborrea, percepciones sobre la cultura de entretenimiento en los años 60 y el rol que, subjetivamente, debe cumplir una celebridad y su estándares políticos: ¿Debe Sam Cooke cantar himnos de protesta en lugar de canciones adaptadas para un público blanco?
Aunque King abusa de respetar la obra de teatro que inspiró a su película al filmarla en pocas locaciones, una cámara fija constante y encuadres perfectos para visualizar el espacio físico donde discuten los protagonistas, su mayor logro es dirigir a cuatro actores que transmiten un rango de emociones en cada diálogo. Y son demasiados diálogos. Destacan Eli Goree como Cassius Clay, un hombre vanidoso y carismático que cuestiona sus deseos mundanos frente a las reglas musulmanas, y Kingsley Ben-Adir, quien interpreta a Malcolm X con devoción y con una voz de predicador.
La película brinda otra perspectiva de la lucha de Derechos civiles de los 60 y nos adentra mejor que cualquier biopic (lo siento, Spike Lee (MalcolmX) y Michael Mann (Ali)) en la psique de estos cuatro mitos de la cultura de EUA.
One Night in Miami es una película que rondará por tu cabeza por días (y por siguientes meses porque pinta para estar en las nominaciones de actuación en la temporada de premios)
UNDER THE OPEN SKY Dir. Miwa Nishikawa
¿Qué pasa cuando un hombre sale de la cárcel e intenta incorporarse a la sociedad? Nishikawa no busca brindar respuestas, sino ser testigos de la lucha de un hombre, un exyakuza, en evitar recaer en el infierno criminal.
La película nos adentra en la vida de Mikami, quien ha estado recluido por 13 años, gracias al trabajo de de un reportero que busca realizar un programa sensacionalista sobre delincuentes. Su investigación, con algunos tintes de narrativa documental, nos indica que nuestro protagonista desde niño vivió en orfanatos y estuvo involucrado con el crimen organizado.
Esta información contrasta con el Mikami que vemos cruzar las puertas de una cárcel en el invierno japonés: un hombre callado y educado; que sinceramente, con la ayuda de un trabajador social, desea reformar su vida. Sin embargo después de una discusión con unos vecinos, nos damos cuenta que Mikami se desenvuelve con un código de honor primitivo, una sensación animal de supervivencia que parece detonar un encuentro inevitable: al no poder hallar trabajo, visita a un excompañero de la mafia.
La actuación fenomenal de Koji Yakusho, es la piedra angular del filme. Su voz, miradas y sobre todo silencios, colocan en tela de juicio el rol que brindado -o entorpecido- los servicios gubernamentales para la reinserción integral de los exconvictos. El camino sinuoso que deben transcurrir para evitar caer una vez más en la delincuencia es uno de las fijaciones de Nishikawa.
Una de las premisas que durante el tercer acto se difuminan por un melodrama que podemos telegrafiar instantaneamente.
KARNAWAL
Dir. Juan Pablo Felix
En Billy Elliot (2001), los jueces de la audición en la Royal Ballet School le preguntan a Billy qué siente cuando baila «Olvido todo y desaparezco. Siento electricidad». Este mismo sentimiento nos transmite Cabra no sólo cuando lo vemos zapatear, sino en cada escena donde palpita su necesidad de despejar su universo y sólo coexistir al ritmo de las guitarras.
Cabra, un chico del norte de Argentina, vive una vida monótona y con tendencias criminales. Lo único que le brinda paz es su talento como bailarín de malambo (danza típica de los gauchos). Su único deseo es comprarse una botas y participar en un concurso de baile en su pueblo. Sin embargo toda su existencia cambia cuando liberan a su padre de la cárcel.
Juan Pablo Félix, brinda una mirada al devenir de un trío de personajes solitarios, azotados por su pasado y sin ningún futuro claro. Cabra está sumido en una espiral desesperante: en su casa deambula entre el desapego de su madre, un padrastro ausente y la sombra de su padre a quien tendrán que recoger de la prisión. La cámara se centra en el debutante Martín López Lacci, quien logra transmitir agonía en cada escena. Su vida, necesidades y motivación es ignorada por un mundo adulto; un mundo del cual pretende escapar.
Karnawal se transforma en un road trip con tintes de thriller por el altiplano argentino que tiene un solo fin: librar a los personajes de sus demonios. Uno, el padre de Cabra, través de un posible redención. El otro, por medio del arte.
Hasta aquí nuestra cobertura del TIFF 2020 Día 1. Sigan pendientes para la cobertura de los siguientes días.
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