La figura del vampiro ha formado parte de la cultura popular desde hace siglos. Si bien se han encontrado referencias a ellos en libros del antiguo Egipto, el término ‘vampiro’ fue acuñado hasta mediados del siglo XVIII, cuando se utilizó en un poema llamado “The Vampire of the Fens”.
Y aunque su descripción suele variar según la cultura y la época, fue el Drácula de Bram Stoker el que delineó el estilo y personalidad que actualmente conocemos de los vampiros y que comúnmente es usado en el cine y la televisión. Es decir, seres atormentados pero al mismo tiempo seductores, enigmáticos y muy peligrosos.
Pareciera que con tantos siglos de existencia, los vampiros ya tendrían poco por aportar. Entonces llegaron Taika Waititi y Jemaine Clement para ofrecernos What We Do In The Shadows.
La película
What We Do In The Shadows nació originalmente en 2005 como un cortometraje, y si bien el resultado no es tan bueno, ya se notaba el estilo y la idea que sus creadores buscaban desarrollar (lo pueden encontrar en YouTube).
What We Do In The Shadows estrenó en 2014 como un mockumentary que sigue a un grupo de vampiros radicados en Nueva Zelanda.
Por medio de las cámaras podíamos ser testigo de cómo Vladislav (Jonny Brugh), Nick (Cori González-Macuer), Viago y Deacon (estos últimos interpretados por los propios directores y guionistas), seres provenientes de distintas épocas, lidian con el mundo moderno.
En el vestuario de cada uno de los personajes no sólo encontrábamos referencias a vampiros icónicos de la cultura pop, también servían para mostrarnos a seres detenidos en el tiempo, incapaces de encajar con su entorno.
De pronto los vampiros ya no eran tan enigmáticos. Si bien eran peligrosos, la tediosa mortalidad los consumía, lidiando con problemas tan mundanos como a quién le tocaba lavar los platos.
Como suele ocurrir con las películas de Taika Waititi, lo que pudo haber sido un drama de proporciones monumentales, cambia su perspectiva y, gracias al sentido del humor tan particular de Jemaine Clement y el propio Waititi, se convierte en una muy hilarante comedia.
La serie
En 2018 se anunció que la cadena FX preparaba una serie basada en What We Do In The Shadows, la cual mantendría el nombre pero sería protagonizada por nuevos personajes.
Para los fans esto supondría una serie de dudas sobre si Waititi y Clement serían capaces de mantener fresca su idea. Afortunadamente se las ingeniaron para lograrlo.
What We Do In The Shadows, la serie, se ubica en Staten Island, Nueva York y nos presenta un nuevo grupo de vampiros conformado por Nandor (Kayvan Novak), Lazlo (Matt Berry) y Nadja (Natasia Demetriou).
Es con ellos que este spin-off amplía su exploración sobre lo trivial que puede ser la eternidad, al integrar elementos como el vampiro energético (encarnado por Mark Proksch), quien no muerde el cuello de sus víctimas sino que roba su energía con conversaciones extremadamente tediosas y que le permite a Waititi y Clement hacer mofa de la burocracia y sus empleados.
También aprovecha la figura de los familiares (humanos al servicio de los vampiros) con el personaje interpretado por Harvey Guillén, para ahondar en la obsesión que los mortales tienen con obtener la vida eterna.
Incluso, el matrimonio entre dos de sus personajes permite cuestionar y hacer burla a los problemas que implica el “felices para siempre” cuando sí se vive para siempre.
Luz verde para una tercera temporada
Al igual que en la versión cinematográfica, la serie no descubre el hilo negro alrededor de la tradición vampírica, simplemente da la vuelta a sus clichés y referencias para contarnos algo nuevo usando la risa y el absurdo como vehículo; llegando incluso a superar lo logrado con la película.
Recientemente What We Do In The Shadows obtuvo 10 nominaciones a los premios Emmys, entre ellas en la categoría de Mejor Comedia. Y además, se confirmó una tercera temporada para estrenarse en 2021 (si la pandemia lo permite, claro).
Si aún no han visto What We Do In The Shadows, la serie se transmite en el servicio de Fox Premium, y la película… esperemos sea incluida en el catálogo de algún servicio de streaming nuevamente (bendito formato físico).
